La gestión de recursos a través del sistema financiero constituye un pilar fundamental en el funcionamiento eficiente de una economía de mercado. El uso del ahorro, el crédito, la inversión y el aseguramiento permiten optimizar la planeación de la liquidez y administración de riesgo de los agentes económicos, ya sean individuos, hogares, empresas o gobierno, entre estados contingentes y a través del tiempo.
Bajo este enfoque integral, el acceso al mercado de crédito no solo brinda a los individuos y hogares oportunidades para aprovechar proyectos de inversión y diversificación de riesgo, sino que además facilita la adquisición de bienes y servicios proporcionando flexibilidad financiera para afrontar emergencias o situaciones de crisis permitiendo la acumulación de riqueza y la distribución dinámica del ingreso entre los hogares.
Sin embargo,
el acceso a la tenencia de múltiples instrumentos de deuda, junto con una incorrecta administración de éstos, puede generar una carga financiera insustentable sobre los hogares al incrementar su nivel de deuda y su probabilidad de caer en incumplimientos sostenidos que los lleven a perder el acceso a los mismos.
De acuerdo con información de la Encuesta Nacional sobre las Finanzas de los Hogares (ENFIH 2019) realizada por el INEGI, el 62% de los hogares mexicanos cuentan con más de un instrumento de deuda contratado, siendo las tarjetas de crédito el medio más usado por los hogares en México (34%). Según Vega et al. (2024), los hogares más pobres (primer quintil de ingreso, Q1) usan en mayor proporción los créditos informales (18% del total) y por contraparte, los más ricos (quinto quintil de ingreso, Q5) concentran el uso de crédito automotriz (52% del total).
DEUDA: MANEJO E INSTRUMENTOS ASOCIADOS
Analizando estos hechos estilizados, surgen algunas interrogantes sobre la administración financiera de la deuda, particularmente estudiando la relación existente entre la cantidad de instrumentos que maneja un hogar y el monto de deuda asociado a cada uno de ellos. En este sentido, podremos profundizar en preguntas como
¿cuál es la capacidad de los hogares mexicanos para administrar sus múltiples instrumentos de deuda? y, con la finalidad de evitar el incumplimiento en las responsabilidades financieras y comprometer los recursos financieros del hogar,
¿es conveniente para los hogares diversificar la deuda adquirida en varios instrumentos o tener solo uno con un monto elevado pero fácil de identificar?
Para responder a estas interrogantes, nuestra investigación analiza la
relación existente entre la diversificación en el portafolio de deuda de los hogares y sus determinantes, analizando su relación con los factores socioeconómicos de contexto de los hogares mexicanos.
En primer lugar, en nuestro trabajo proponemos y construimos un Índice de Concentración de la Deuda (ICD) para cada uno de los hogares analizados en la ENFIH 2019, usando los montos reportados de la deuda vigente y sus contribuciones al total de la deuda a través del Índice de Herfindahl-Hirschman (HHI) el cual si se acerca a “0” indica que la deuda del hogar está poco concentrada (los hogares diversifican la deuda en varios instrumentos) y si se acerca a “1” la deuda del hogar está muy concentrada (el hogar usa pocos instrumentos de deuda o solo uno).
En este sentido, el ICD de los hogares en México para 2019 presenta un valor medio de 0.88, lo que implica que el hogar prototípico mexicano tiende a concentrar su deuda en pocos instrumentos o, lo que es equivalente a que no cuentan con muchos instrumentos de deuda contratados que les permita diversificar su deuda total.
Respecto a la relación de la concentración de la deuda con los niveles de ingreso y la riqueza del hogar, los resultados sugieren que, si el nivel de estos se incrementa, la concentración de la deuda tiende a disminuir, reflejando que
los hogares mexicanos pueden administrar más de un instrumento con relativa mayor facilidad si cuentan con una mayor liquidez y cantidad de recursos que respalden sus préstamos.
CONTEXTO SOCIODEMOGRÁFICO
Por otra parte, cuando analizamos la relación de esta variable con el contexto sociodemográfico del hogar, encontramos que
los jefes de hogar hombres suelen diversificar más la deuda en comparación con hogares dirigidos por mujeres, lo cual podría reflejar temas de acceso en el segundo grupo y mostrando, una vez más, la brecha de género que existe dentro de los hogares en México.
Los efectos de la edad del jefe de hogar sobre la concentración de la deuda familiar también varían ligeramente. Desde esta perspectiva, y respecto de
los hogares dirigidos por individuos más jóvenes (menores de 35 años), los pertenecientes al grupo de edad de 35 a 44 años, 45 a 54 años, 55 a 64 años, 65 a 74 años y 75 años o más,
tienden a disminuir la concentración de la deuda en un 1.41%, 3.72%, 3.46%, 2.67% y 0.15%, por grupo de edad, respectivamente.
En cuanto a la educación del jefe de hogar, los valores de los coeficientes también varían y resultan estadísticamente significativas.
Los jefes de hogar con educación primaria, secundaria, bachillerato, universidad o posgrado disminuyen la concentración de la deuda familiar en un 5.63%, 9.19%, 7.52% y 13.2%, respectivamente, en comparación con los jefes de hogar que se reportan sin educación.
ESTABLECER REGULACIONES EFECTIVAS
Conocer la estructura de deuda de las familias mexicanas, así como su capacidad de administración, contribuye a establecer regulaciones efectivas que favorecen la inclusión financiera
con el objetivo de permitir el consumo racional de los hogares, pero promoviendo un uso eficiente de los medios financieros a los que se tiene acceso.
Las familias con una alta concentración de deuda y una elevada carga financiera son más vulnerables al impago debido a las fluctuaciones de ingresos, en comparación con aquellos con una carga financiera menor y no concentrada. Asimismo, este análisis puede ayudar a mejorar la distribución de los recursos financieros, permitiendo conocer el tipo de instrumentos financieros que más demandan los hogares, facilitando así políticas que amplíen el acceso y la diversificación eficiente de la cartera de deuda total.
Además, es relevante reconocer que, si bien
la diversificación de la deuda ofrece beneficios, debe buscarse considerando cuidadosamente las circunstancias y objetivos financieros de los hogares, ya que una gestión adecuada de las obligaciones financieras es fundamental para garantizar la eficacia y la sostenibilidad de las estrategias de deuda y diversificación entre instrumentos, así como el incremento en bienestar y acceso a recursos de consumo de los hogares mexicanos.