La inflación general de la primera quincena de mayo se ubicó en 0.09% quincenal, desacelerándose desde el 0.20% registrado en la segunda quincena de abril. A simple vista esto puede parecer muy positivo. Sin embargo, comparando con periodos iguales, la inflación registró su variación más alta desde mayo del 2020 (0.30% quincenal), pues en las primeras quincenas de mayo la inflación general suele ser negativa.
Por ello, a pesar de que la inflación quincenal fue baja, el hecho de ser positiva podría ser un foco de alerta. Por un lado, la desaceleración quincenal de la inflación general (0.09%) fue propiciada por el componente no subyacente, que se contrajo 0.15%. Sin embargo, este componente tiende a caer quincenalmente en este periodo, por los ajustes a la baja en las tarifas de electricidad.
Por otro lado, el componente subyacente se ubicó en 0.16% quincenal, acelerándose ligeramente contra el 0.13% registrado en la quincena pasada. Este componente, el subyacente, excluye los elementos más volátiles y determina la trayectoria de la inflación en el largo plazo, por lo que su aceleramiento no debe ser minimizado.
A tasa anual la inflación al consumidor de México se ubicó en 4.22%, superando la expectativa del mercado y acelerándose desde el 3.90% anual registrado la quincena previa. Es importante mencionar que la inflación general se no se ubicaba por encima del 4.0% desde la primera quincena de diciembre del 2024 (4.44%).
Cabe recordar que la inflación es la tasa de crecimiento de los precios y se calcula con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) el cual incluye alrededor de 300 productos y servicios. Cada persona y familia enfrenta su propia inflación, la cual está determinada por los productos y servicios que consume. Es por eso, que la inflación general publicada a veces no se siente como propia, pues es posible que algunos de los artículos comprados en casa con regularidad no se encuentren en el INPC o que tengan una ponderación diferente con la que se consume en cada familia.
La inflación muestra estacionalidad, pues hay meses donde la inflación tiende a subir (como en enero) o a bajar (como en mayo) por factores propios de cada mes. En mayo la inflación tiende a bajar por el cambio en las tarifas de energía eléctrica. Esto es relevante al analizar el comportamiento de la inflación.
Otro aspecto relevante es que la inflación se clasifica entre subyacente y no subyacente para identificar si las subidas o bajadas de la inflación podrían ser de preocupación. La inflación subyacente es la que principalmente determina la trayectoria de la inflación en el largo plazo. Por su parte, la no subyacente es la que incluye los productos con precios más volátiles como alimentos y energía, que un día suben y al otro día pueden bajar. Así, el alza de la no subyacente no debería siempre de generar gran preocupación, a menos que acumule varias quincenas al alza, pues podría estar reflejando presiones que terminarán por afectar la parte subyacente y la inflación general en el largo plazo.
En México el objetivo de inflación es del 3% anual. No solo en diciembre si no todos los meses. El Banco de México es el encargado de administrar la política monetaria para que la inflación se ubique alrededor del 3%. La tasa de interés es su herramienta operacional. El Banco de México sube la tasa para para frenar el crecimiento de la inflación, pero el impacto sobre la economía y la formación de precios no es inmediato. Además, hay diferentes canales de transmisión.
En la primera quincena de mayo la inflación se aceleró y bastante, a 4.22%. Además, la inflación subyacente, se ubicó en 3.97% anual, su cuarta quincena al hilo acelerándose tras tocar un mínimo reciente en la primera quincena de marzo (3.56%). Este resultado es preocupante dado que es la variación anual más alta desde la segunda quincena de agosto del 2024 (4.01%), cuando la inflación subyacente apenas comenzaba a estabilizarse luego de 82 quincenas en las que se situó por encima del 4.0%.
La inflación no subyacente se contrajo 0.15% quincenal tras haberse ubicado en 0.42% la quincena previa, pero como se mencionó antes, la inflación no subyacente suele caer en las primeras quincenas de mayo por los ajustes a la baja en las tarifas de la energía. Además, la contracción de esta primera quincena de mayo fue muy pequeña en comparación con periodos iguales de años previos.
Como consecuencia de esta alta inflación es posible que empiecen a revisarse al alza los pronósticos para el resto del año, por lo que el Banco de México debería ser más cauteloso y esperar antes de volver a recortar la tasa de interés. Si bien la tasa de interés se ubica en terreno restrictivo y hay una marcada desaceleración económica, en México el principal canal de transmisión de política monetaria es probablemente el de expectativas, por lo que otro recorte podría enviar la señal equivocada y propiciar mayores e innecesarias presiones inflacionarias.
Como consecuencia de esta alta inflación es posible que empiecen a revisarse al alza los pronósticos para el resto del año, por lo que el Banco de México debería ser más cauteloso y esperar antes de volver a recortar la tasa de interés.