El recurso hídrico y la política: ¿Como el agua y el aceite?

Llevar agua de calidad a la población a los menores costos y desperdicios posibles es una difícil tarea de la cual se hacen cargo los organismos operadores. Este gran reto requiere enormes capacidades en las entidades, las cuales muchas veces se ven mermadas por razonamientos que rebasan los criterios técnicos, financieros y sociales.
Por Hugo Briseño Ramírez
Entre algunos criterios están los que podrían tener componentes más políticos que técnicos como dar prioridad a obras que no se desarrollan bajo tierra, el corto plazo, el bloqueo de iniciativas convenientes por parte de la oposición política, ignorar buenas propuestas de críticos y no tomar decisiones impopulares que son necesarias para cuidar el vital líquido. A continuación se abundará en cada uno de éstos.

Muchas veces los políticos prefieren construir grandes obras de infraestructura que buscan más agradar al posible electorado que mejorar el sistema de distribución de agua en las ciudades. Es muy conocido que parte del agua que entra a los sistemas se desperdicia en fugas y que es necesario sustituir las redes de distribución porque en muchos casos son obsoletas. Desafortunadamente, al ser un tema que no se ve y que, por lo tanto, no afecta políticamente, es ignorado por los gobernantes en turno, dejando que se agrave el problema para las futuras administraciones.

También existe una visión de solucionar el corto plazo en lugar de pensar en las futuras generaciones. Se trata de remediar lo urgente pero no lo importante y no se generan medidas para ser resilientes ante las cada vez más intensas sequías. Además, hay una alta rotación de personal en los organismos operadores muy asociada a los ciclos políticos. Por lo anterior, no hay una cultura de planeación en el largo plazo y, en muchas ocasiones, se pueden desechar buenas ideas de gobiernos anteriores.

Además, ocurre que cuando un gobierno es oposición, su postura generalmente es estar en contra de lo propuesto por el partido gobernante, aunque estas acciones tengan aspectos favorables. Por el contrario, cuando la oposición se vuelve gobierno, retoma las propuestas de los ahora opositores, aunque antes hubieran estado en contra. Cabe señalar que la competencia política es muy importante cuando realmente se busca el bienestar de los ciudadanos a través de posturas propositivas; sin embargo, lo que se observa más bien son apariencias para buscar conquistar al electorado.
El recurso hídrico y la política no son como el agua y el aceite, sino todo lo contrario; cuando se unen pueden ser como una especie de fango que no permite que las sociedades avancen en este tema tan importante.

Asimismo, también muchas veces se ignoran las propuestas y críticas constructivas que hacen instituciones de la sociedad civil. Mientras el posicionamiento no salga del partido gobernante, en no pocas ocasiones se niegan o minimizan los señalamientos en vez de resolver los problemas.

Por último, y no menos importante, se dejan de tomar decisiones impopulares por el miedo a perder votantes. Esto genera ciertos problemas porque podemos tener tarifas que sean insuficientes para cubrir los costos operativos de los organismos. Es importante proteger a la población vulnerable; sin embargo, hay mucha gente que debiendo pagar más por el uso del agua, no lo hace. Incluso, hay ocasiones en que simplemente no se paga por el recurso y no hay consecuencias.

Por lo tanto, es necesario y urgente despolitizar el tema del agua. Las decisiones deben ser tomadas de acuerdo con criterios técnicos cuidando siempre la viabilidad política. Una buena opción es la generación de organismos con composición técnica–ciudadana, independientes de administraciones gubernamentales y que las trasciendan para que se puedan tomar decisiones de largo plazo y sostenibles, porque desafortunadamente el recurso hídrico y la política no son como el agua y el aceite, cuando se unen pueden ser como una especie de fango que no permite que las sociedades avancen en este tema tan importante.
*Secretario de Investigación Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales UP Campus Guadalajara.
hbriseno@up.edu.mx
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