A mediados de 2025, el Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos (CAPEMEX) aprobó los Lineamientos de los Proyectos de Obra y Servicios Desarrollados y Financiados por Terceros 2025–2026, un nuevo marco que busca permitir la participación de inversión privada en proyectos estratégicos de la empresa productiva del Estado.
El propósito de estos lineamientos es apalancar capital privado en un entorno de restricción presupuestal, preservando la propiedad estatal de los hidrocarburos y mejorando la eficiencia en la ejecución de obras, mantenimiento e infraestructura. Para ello, se establecen reglas claras sobre obligaciones, procedimientos de contratación, mecanismos de supervisión y cumplimiento financiero que regirán la relación con los terceros participantes.
BANOBRAS Y EL FONDO DE INVERSIÓN PARA PEMEX
Como complemento operativo, el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), en coordinación con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), lanzó en agosto de 2025 el Fondo de Inversión para Pemex, un vehículo financiero por 250 mil millones de pesos destinado exclusivamente a proyectos de inversión del año en curso.
El fondo tiene como objetivo asegurar la liquidez y regularizar los pagos a proveedores y contratistas que han enfrentado retrasos prolongados, en algunos casos de hasta varios meses. Su estructura contempla financiamiento conjunto de la banca de desarrollo (Banobras, NAFIN y Bancomext), la banca comercial y otros inversionistas institucionales bajo la garantía del gobierno federal.
Banobras ha comenzado ya a contactar a los primeros proveedores de Pemex para validar facturas y preparar pagos, un paso que busca despresurizar la cadena de suministro y evitar el colapso de cientos de empresas que dependen de la petrolera. El mecanismo prioriza servicios críticos en exploración, producción y logística, mientras intenta dar certidumbre a contratistas que enfrentan una deuda acumulada superior a 430 mil millones de pesos.
EL RETO: DEVOLVER LA CONFIANZA
Si bien el proceso de validación de facturas avanza, los pagos aún no se liberan. Persisten adeudos de 2025 y facturas históricas de 2024 que siguen sin reconocimiento formal. La industria observa con cautela: el éxito del fondo no se medirá solo por la cantidad de pagos realizados, sino por su capacidad para reconstruir la confianza entre Pemex y sus proveedores.
La demora en los pagos ha debilitado el interés de inversionistas y contratistas para participar en nuevos esquemas de coinversión. Por ello, la certeza jurídica y financiera será la clave para reactivar la participación privada. Se requerirá una gestión transparente, trazable y verificable, donde los flujos de pago sean ejecutados puntualmente y bajo supervisión independiente.
Solo un entorno que combine disciplina financiera, cumplimiento contractual y gobernanza institucional permitirá que los lineamientos y el fondo cumplan su propósito: convertir la inversión privada en una palanca de modernización y no en un nuevo foco de incertidumbre.
En el actual contexto energético, la confianza no se decreta: se construye. Y en el caso de Pemex, cada factura pagada a tiempo será un acto de reconstrucción de credibilidad ante un ecosistema empresarial que aún espera señales de cumplimiento y estabilidad.
El Fondo de Inversión para Pemex prioriza servicios críticos en exploración, producción y logística, mientras intenta dar certidumbre a contratistas que enfrentan una deuda acumulada superior a 430 mil millones de pesos.
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