Morgan Housel comparte las 23 verdades atemporales que ha logrado identificar gracias a las grandes lecciones que nos han legado la historia y sus protagonistas. Desde la invención de las primeras armas nucleares hasta la creación de Amazon, desde T. E. Lawrence hasta Jack Welch, cada capítulo nos enseña uno de esos principios fundamentales que conviene tener en cuenta para separar la señal del ruido, aprovechar las oportunidades y navegar por la incertidumbre del futuro con el fin de alcanzar el éxito personal y la seguridad económica.
El autor dice que una gran gran lección que podemos extraer de la historia es darnos cuenta de la gran cantidad de cosas del mundo que cuelgan de un hilo, porque algunos de los cambios de mayor importancia y con mayores consecuencias de la historia ocurrieron por un encuentro o una decisión aleatoria, imprevisible e inconsciente que desembocó en algo mágico o caótico.
Con esa premisa cita a Tim Urban –un escritor y conferencista conocido por simplificar temas complejos como la inteligencia artificial, la creatividad y el liderazgo– que escribió una vez: “si viajases atrás en el tiempo hasta antes de tu nacimiento, te daría un miedo terrible hacer cualquier cosa, porque sabrías que hasta los más pequeños empujoncitos hacia el presente pueden tener grandes efectos en el futuro”.
De eso Morgan Housel dice: “Qué verdad tan inquietante… Cualquier gran historia podría haber salido de otra manera si un par de detallitos insignificantes hubiesen ido en la dirección contraria. Muchas de las cosas del mundo cuelgan de un hilo”.
El autor señala que algo irónico al repasar la historia es que a menudo sabemos con exactitud cómo termina un acontecimiento pero no tenemos ni idea de dónde empezó. “Por ejemplo, qué provocó la crisis financiera de 2008, pues tienes que entender el mercado hipotecario. ¿Qué caracterizaba el mercado hipotecario?, pues tienes que entender el descenso durante 30 años de los tipos de interés que lo precedió. ¿Que hizo que los tipos de interés bajasen?, pues tienes que entender la inflación de los años 70. ¿Qué causó esa inflación?, pues tienes que entender el sistema monetario de los años 70 y los efectos que tuvo la resaca de la guerra de Vietnam…y así podríamos seguir eternamente”.
De lo anterior, Morgan Housel, señala que cualquier acontecimiento actual pequeño o grande tiene padres, abuelos, bisabuelos, hermanos y primos, por lo que ignorar su árbol genealógico puede empañar tu comprensión de los hechos, ya que te da una falsa impresión de por qué ocurrieron las cosas, cuánto podrían durar y en qué circunstancias podrían repetirse.
Agrega que a la gente le gusta decir: “para saber a dónde vamos, hay que saber de dónde venimos”. Pero es más realista admitir que, cuando sabes de dónde venimos te das cuenta de que no tenemos ni idea de a dónde vamos. Al combinarse los acontecimientos dan lugar a resultantes impensables”.
De ahí que él intente tener presentes dos cosas en un mundo que es tan vulnerable al cambio y a los accidentes: basar las predicciones en cómo se comporta la gente, en lugar de hacerlo en hechos concretos. “Predecir cómo va a ser el mundo dentro de 50 años es imposible. Pero predecir que la gente seguirá respondiendo al avaricia, el miedo, la oportunidad, la explotación, el riesgo, la incertidumbre, la afiliación afiliaciones tribales y la persuasión social de la misma forma es algo por lo que a apostaría”.
Pero, además, “también hay que tener presente que uno debe tener una imaginación más amplia. Sea como sea el mundo actual, y sea obvio lo que sea hoy en día, todo puede cambiar mañana por algún accidente insignificante en el que nadie está pensando”.
Cada una de las premisas que señala el autor para llegar a las 23 lecciones atemporales para nuestra vida personal y financiera está acompañada de una historia que justifica el hecho de que “todo el mundo sabe que a la gente se le da mal predecir el futuro”.