Un reporte Moody’s
(Sub-soberanos: Estados con poco margen de maniobra ante huracanes) indica que
las reservas de Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Puebla, Guerrero, Sonora, Sinaloa, Hidalgo, Nuevo León y Nayarit (estados que califica) son en promedio de 78 millones de pesos, inferiores al 1% de sus ingresos operativos, aunado a que pocos tienen seguros contra desastres.
Dichas reservas
no son suficientes para enfrentar algún desastre derivado por un huracán, ya que en promedio estos han generado daños por 1,700 millones de pesos por evento –según el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) citado por Moody’s– entre 2010 y 2022, manteniendo una alta dependencia de recursos federales para hacer frente a la reconstrucción y apoyo a la población cuando ocurren desastres naturales.
TEMPORADA INTENSA
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) pronosticó para 2024 hasta 41 ciclones, de los cuales 20 podrían convertirse en huracanes, cuando en 2010 se formaron 33 ciclones y 14 se convirtieron en huracán.
En tanto el Centro de Predicción del Clima de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) pronosticó un 85% de probabilidades de una temporada de huracanes por encima de lo normal, según su reporte del 26 de mayo.
Este pronóstico aumenta el
riesgo financiero para los estados y municipios que antes de 2021 contaban con recursos a través del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) al momento de declararse un desastre natural.
Ahora, el presupuesto de egresos de la federación otorga recursos para atender este tipo de eventualidades a través del Programa para la Atención de Emergencias por Amenazas Naturales que puede dotar de recursos a las entidades federativas, siempre y cuando un desastre haya sobrepasado su capacidad financiera.
¿ALCANZA PARA HACER FRENTE A LO QUE PUDIERA VENIR?
Pero de acuerdo con Moody’s
las reservas de los estados mencionados no son suficientes para enfrentar algún desastre derivado de un huracán, ya que en promedio estos han generado daños por evento de 1,700 millones de pesos entre 2010 y 2022, manteniendo una alta dependencia de recursos federales para hacer frente a la reconstrucción y apoyo a la población cuando ocurren desastres naturales.
Según una nota informativa del
Programa de Fondo de Desastres Naturales del 25 de octubre de 2023, el presupuesto estimado para este programa en el PPEF 2024 es de 18 mil millones de pesos y a lo largo de 2023, se han realizado transferencias a diferentes dependencias y entidades federales: 10.8 mdp para la atención de emergencias; 133.2 mdp para acciones inmediatas post-desastre; 5 mmdp destinados a programas de reconstrucción; y 1.2 mmdp para renovar el Seguro Catastrófico 2023-2024.
En la nota se agrega que además el país cuenta con una cobertura adicional por medio del Seguro para Catástrofes 2023-2024 que asciende a 5 mmdp y un Bono Catastrófico 2020-2024 con un valor de 485 mdd.
Los choques provocados por desastres naturales pueden presionar aún más la liquidez y provocar la contratación de créditos de corto plazo por parte de los estados, resultado de los gastos que se realizan para cubrir las necesidades inmediatas para atender a la población tras el desastre.
No obstante, Moody’s señala que los choques provocados por desastres naturales pueden presionar aún más la liquidez y provocar la contratación de créditos de corto plazo por parte de los estados, resultado de los gastos que se realizan para cubrir las necesidades inmediatas para atender a la población tras el desastre.
Agrega que en el mediano plazo pueden encontrarse obligados a tomar financiamientos para la reconstrucción de infraestructura y a observar impactos negativos en los ingresos propios, especialmente cuando estos fenómenos tienen repercusiones adversas en la actividad económica a nivel regional o local, lo cual hace aún más fuerte el impacto en las finanzas públicas.
PARA MUESTRA UN ESTADO: GUERRERO
En su reporte, la calificadora expone que en la experiencia reciente el estado de Guerrero, al cierre de 2023 y después del impacto del huracán Otis, registró un déficit operativo de -9.3% de los ingresos operativos, cuando en 2022 fue de -5.8% debido al crecimiento de solo 6% de los ingresos operativos, que contempla ingresos propios y participaciones, y de 9% en el gasto operativo, derivado del plan de reconstrucción y apoyo a la población que el estado llevó cabo después del desastre.
Añade que al cierre de 2023, el saldo de la deuda de corto plazo fue de 3,770 millones de pesos, muy por encima del saldo promedio de 2,309 millones de pesos de los últimos cuatro años. “El gobierno del estado de Guerrero no recibió transferencias extraordinarias directamente del gobierno federal para hacer frente al desastre natural, ya que las diferentes agencias federales gestionaron sus apoyos de manera directa”.
Moody’s expone que Guerrero cuenta con el Fondo Solidario de Contingencias Naturales (FONSOL) y el Fondo de Desastres Naturales del Estado de Guerrero. Los dos fondos cuentan con un saldo total de 98.7 millones de pesos, equivalente a 0.05% de los ingresos operativos, y el presupuesto de 2024 contempla una aportación al Fondo de Desastres Naturales por 60 millones de pesos.
NO IMPORTA SI ES NOMBRE DE MUJER O DE HOMBRE
Según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) cuatro de los 10 siniestros catastróficos más costosos en la historia del país corresponden a huracanes: Wilma, en 2005 con daños por 2,402 mdd; Odile, en 2014 con un costo de 1,292 mdd; Gilberto, en 1998, con indemnizaciones por 1,166 mdd; e Isidore, en 2002 con 425 mdd.
Los huracanes categoría 1 Manuel e Ingrid en conjunto tuvieron un costo para las aseguradoras de 332 millones de dólares. Impactaron entre el 15 y el 19 de septiembre de 2013 sobre las entidades de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco, Nayarit y Sinaloa. De estos estados, cinco son de los calificados por Moody’s en su reporte Sub-soberanos: Estados con poco margen de maniobra ante huracanes.
Como dato final, en 2022 el monto de siniestros de riesgos hidrometeorológicos alcanzó l2,200 mdp, aun cuando fue un año en el que no hubo eventos catastróficos mayores, señaló la AMIS en un comunicado a propósito del paso del huracán Otis por Guerrero.
La temporada de huracanes 2024 termina el 30 de noviembre.