En 2024, México recibió 62,529 millones de dólares de remesas provenientes de Estados Unidos. Consideremos el porcentaje superior de 45% para analizar la posible recaudación del impuesto. El monto de 62,529 millones de dólares lo multiplicamos por 45% y resulta que 28,138 millones se enviaron a México cubriendo la remesa desde un local de envío y pagando en efectivo. Multiplicamos esa cifra por 1% del impuesto y la recaudación del impuesto a las remesas mexicanas sería de alrededor de 280 millones de dólares anuales.
Ese monto de impuesto no debe tener ningún efecto en el valor de las remesas enviadas a México. Ello considerando que en Estados Unidos al cierre de mayo de 2025, la masa salarial anual o ingreso laboral ( suma de doce meses) de los trabajadores mexicanos inmigrantes alcanzó 382,791 millones de dólares, es decir, la recaudación del impuesto sería de menos de una milésima de la masa salarial o ingreso laboral anual de tales trabajadores mexicanos. Así, el impuesto representa menos de una décima de uno por ciento del ingreso laboral de dichos trabajadores.
Este ejercicio de la incidencia del impuesto es una medición del monto máximo de recaudación ya que seguramente hay mexicanos inmigrantes en Estados Unidos que tienen cuenta bancaria o de algún intermediario financiero y que por tanto cuentan con tarjeta de débito y tal vez de crédito, pero pagan la remesa en efectivo. Ellos podrían evitar el impuesto si en lugar de pagar la remesa en efectivo lo hacen usando su cuenta o tarjeta de débito. Además, la industria de remesas tiene mecanismos para que el remitente de remesas pueda bancarizarse en Estados Unidos de manera sencilla y así no se pagaría el impuesto.
También, hay bancos en Estados Unidos en que los inmigrantes mexicanos pueden abrir una cuenta, aun si son indocumentados. Dicha cuenta se abre con la tarjeta consular, más información adicional como un comprobante de domicilio o el ITIN (Individual Taxpayer Identification Number o número de identificación personal del contribuyente). El ITIN permite presentar una declaración anual de impuesto sobre la renta sin contar con un número de seguridad social. Así, el impuesto podría incentivar que quienes envían remesas a México opten por buscar alternativas bancarizadas que excluyen el pago del gravamen.
El impuesto se determina por cómo se paga en Estados Unidos la remesa enviada a México (efectivo, tarjeta de débito o crédito, cuenta de cheques, etc.) y no por el medio de envío. Así, si bien el 99 por ciento de las remesas que recibe México se envían mediante transferencias electrónicas, ello no implica se hayan originado en Estados Unidos por canales digitales. Por otro lado, para la determinación de a qué remesas se aplica el referido impuesto tampoco es relevante como se pagan en México, es decir, no desempeña un papel con relación al impuesto si es pagada en efectivo o en depósito en cuenta.
*Miembro del Comité de Estudios Económicos del IMEF y estudioso de los temas de remesas y migración.
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan la opinión del IMEF.
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