Trump ganó y la geopolítica ¿qué? Ese fue el título del artículo que publiqué en la
edición 102 de News IMEF. Correspondía al 11 de noviembre de 2024, fecha en la que ya estaban en el tablero de la geopolítica
los conflictos que a la fecha continúan sin una solución: Rusia-Ucrania, Medio Oriente y China (los dos primeros bélicos y el tercero comercial), solo que se han sumado otras piezas.
Por ejemplo, la tensión en el Medio Oriente se acrecentó debido a la incursión bélica de Israel en Irán, que puso al
mundo en vilo por un componente que obligó a hacer una revisión del armamento nuclear y puso en el tablero a otros países participado como aliados o mediante apoyo indirecto y defensivo.
La guerra Irán-Israel, también conocida como la
Guerra de los 12 días (13 de junio-24 de junio de 2025) planteó un riesgo importante para la economía mundial. El alto al fuego se produjo rápidamente, lo que descartó el
peor escenario económico posible: un aumento en los precios del petróleo que disparara la inflación, afectando aún más a una economía mundial impactada por la incertidumbre generada por los aranceles que Donal Trump ha ido poniendo y quitando desde que asumió la presidencia de Estados Unidos por segunda vez.
Los aranceles se ha podido ver como la otra guerra; es decir, la que sin armas está causando desajustes y tensiones en el mundo, de las que
México no escapa y está en vilo por la revisión del TMEC, que para muchos puede ser renegociación, en un contexto en el que al inicio de este año (febrero) los cárteles de la droga mexicanos fueron calificados por el gobierno estadounidense como organizaciones terroristas extranjeras (FTO).
A la lista que inicialmente dio Estados Unidos de FTO se sumó el cartel de los soles de
Venezuela. La dictadura de Nicolás Maduro y ese cartel han puesto sobre la mesa un elemento que los analistas de todo el mundo creen que se puede interpretar como
una escalada más del conflicto: la intención de Washington de intervenir militarmente si Maduro no dejan el poder.
Al momento de escribir este artículo (1 de diciembre), el gobierno de Estados Unidos había cerrado el espacio aéreo venezolano. El sábado 29 de noviembre Donald Trump anunció que debía considerarse el espacio aéreo sobre y alrededor de Venezuela cerrado por completo. Esta decisión ha puesto una pregunta en este tablero de la geopolítica: ¿se cierra el cerco sobre el presidente venezolano, Nicolás Maduro?
¿Cuáles son las implicaciones?
Para Christian Cwik, profesor de la Universidad de Klagenfurt y director del Centro Internacional de la Historia Atlántica en Gibraltar citado por la
DW “Estados Unidos tiene hambre de petróleo», por lo que la lucha contra el narcotráfico es solo uno de muchos motivos detrás del despliegue militar norteamericano en el Caribe.
¿JAQUE MATE?
El petróleo sigue siendo un factor central en los conflictos geopolíticos actuales,
influyendo en los precios, las alianzas y las tensiones internacionales, especialmente en regiones como Rusia-Ucrania, Medio Oriente y Venezuela. Los conflictos en estas áreas pueden interrumpir la oferta, aumentar la incertidumbre y afectar la estabilidad del mercado, ya sea a través de sanciones, amenazas a rutas de transporte vitales o inestabilidad política en países productores.
Por ejemplo, el día que inició la guerra entre Rusia-Ucrania (24 de febrero de 2022), el precio del petróleo Brent tuvo un aumento del 2.31%. En los días y semanas posteriores, el precio continuó subiendo de forma significativa debido a las preocupaciones por el suministro, y en el primer día de la guerra entre Israel-Irán, los futuros sobre el petróleo West Texas Intermediate —de referencia en Estados Unidos, con vencimiento en julio negociados en el mercado de Chicago— se dispararon en torno al 15%, llegando a su precio más alto en casi un año.
Las sanciones contra países productores, como las impuestas a Venezuela, o los ataques a infraestructuras pueden
afectar la oferta global, aunque la capacidad de diversificar rutas puede mitigar el impacto; sin embargo, las amenazas a las rutas incrementan los costos de transporte y la volatilidad de los precios.
Eso ya se vio con los ataques en el Mar Rojo que iniciaron en noviembre de 2023 los rebeldes hutíes de Yemen, en protesta por la situación en Gaza. Los ataques hicieron que muchas compañías navieras optaran por no transitar por el Canal de Suez (donde circula aproximadamente entre el 12% y el 15% del comercio global) y rodearan Sudáfrica, lo que aumentó costos y tarifas del flete marítimo y repercutió en los
precios de la energía y los alimentos.
Si bien los conflictos ya declarados han generado inestabilidad, lo que pudiera pasar en Libia, Líbano y Sudán, aunque no tengan el sello del petróleo, también puede tener un impacto en el mercado, dependiendo de su potencial para
desestabilizar la oferta del energético. Al cierre de noviembre de 2025 la situación en esos países presenta distintos grados de hostilidades, crisis humanitarias y fragilidad política.
EL COSTO HUMANO DE LA ESTABILIDAD ECONÓMICA
Las estrategias sociales que resultan de las políticas implementadas para mantener una economía estable, con baja inflación y crecimiento constante,
difieren de país en país, pero en todos impactan desproporcionadamente a los sectores más vulnerables.
La Franja de Gaza sufre una crisis de
pobreza extrema que se ha intensificado catastróficamente desde el inicio del conflicto actual en octubre de 2023, empujando a casi la totalidad de su población por debajo del umbral de pobreza. En Gaza la economía colapsó un 83% en 2024, empujando a los 2.3 millones de personas a la pobreza.
En Ucrania, la guerra ha generado una grave
crisis humanitaria con más de 14.6 millones de personas necesitando ayuda, 3.7 millones de desplazados internos y 6.8 millones de personas que han huido del país.
Ucrania tiene importantes reservas de minerales raros y estratégicos —como el litio, titanio, berilio y grafito— que son vitales para la alta tecnología y la energía renovable. Su producción está influenciada por la actual guerra. Recientemente, Estados Unidos y Ucrania firmaron un acuerdo para la explotación conjunta de estos recursos, considerados un recurso estratégico para ambos países, pero ha trascendido que Estados Unidos está negociando en secreto con Rusia un “verdadero plan de Trump para la paz en Ucrania» que tiene que ver más con los negocios que con la guerra.
Rusia busca controlar los minerales críticos y tierras raras de Ucrania cuyo valor asciende a billones de dólares. El control de estos recursos ofrece a Rusia una ventaja geopolítica y económica significativa. Estos minerales son vitales para que Rusia reduzca su dependencia de fuentes externas y aumente su influencia en las cadenas de suministro globales.
Volviendo a América,
Venezuela
—el país cuya economía ha dependido en gran medida de los ingresos petroleros durante décadas permitiéndole ser uno de los países más prósperos de América Latina— actualmente
tiene a más de la mitad de su población en pobreza extrema situación que también registran otros países de la región donde además se está llevando a cabo la
lucha entre izquierda y derecha.
De acuerdo con el
Real Instituto Elcano, las cinco
elecciones que se llevaron a cabo en 2025, (Ecuador, Bolivia, Chile, Honduras y Haití) sumadas a las de 2024 (El Salvador, Panamá, República Dominicana, México, Venezuela y Uruguay) y las programadas en 2026 (Brasil, Perú, Colombia, Costa Rica y Nicaragua) y 2027 (Guatemala y Argentina)
reconfigurarán el panorama político regional
—enmarcado en el desencanto de la población, provocado por un progresivo deterioro de la confianza ciudadana en los Estados, gobiernos, clase política y partidos tradicionales— hasta el arranque de la próxima década.
Trump ganó y la geopolítica ¿qué? es un título que refleja una realidad que sigue vigente en el inicio de 2026, la diferencia entre la primera vez que lo utilicé y ahora es que los daños se han extendido y ya sabemos que, si empeora,
el costo podría ser más alto para la economía, pero sobre todo humanitariamente. ¿Se puede aceptar un desenlace aún más costoso? ¿Se debe aceptar un desenlace aún más costoso? Para ambas preguntas la respuesta es no.