En diferentes instituciones se han realizado eventos para plantear y difundir la problemática. Durante la mesa redonda “Los glaciares y los volúmenes disponibles de agua para la humanidad y la naturaleza”, celebrada el 4 de abril en el marco del Día Mundial del Agua, Eduardo Vega López, titular de la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad de la UNAM, dijo que
el país enfrenta una sequía severa que, hasta el 15 de marzo, afectaba a 32 distritos de riesgo, incluyendo 26 zonas metropolitanas como Tijuana, Mexicali, Los Cabos, Hermosillo, Ciudad Obregón, Culiacán, Durango, Chihuahua y Monterrey.
Antes, en una reunión con los medios (27 de marzo) académicos de la Universidad Panamericana (UP) Campus Guadalajara se reunieron con los medios de comunicación para tratar el tema “Reformas y
gobernanza del agua: hacia una cultura sostenible y responsable”.
Los esfuerzos por comunicar la situación que se vive respecto al agua tienen razones de peso, por ejemplo, en el Valle de México el volumen disponible ha pasado de 191 metros cúbicos por habitante en 2005, a 139 en 2025. Además, se prevé que el indicador disminuya a 136 metros cúbicos por habitante en solo cinco años. Vega López alerta sobre esta situación que tiene que ver con
índice de seguridad hídrica.
¿EN QUÉ RADICA LA PREOCUPACIÓN?
La Universidad de las Naciones Unidas evaluó la seguridad hídrica de diferentes países mediante la medición de 10 componentes fundamentales, que incluyen la calidad del agua, el saneamiento, la disponibilidad del recurso, la estabilidad de las fuentes y los riesgos relacionados con el clima. Cada componente recibe una puntuación sobre 10, y la seguridad hídrica de un país se determina a partir de la suma de estas puntuaciones. Los niveles de seguridad hídrica se clasifican de la siguiente manera:
75 y más: Seguridad hídrica
65-74: Moderadamente seguro
41-64: Inseguro
40 y menos: Críticamente inseguro
Con un puntaje de 61,
México se clasifica como un país inseguro, lo que refleja los desafíos que enfrenta, no obstante algunas soluciones sostenibles que se han implementado para asegurar un acceso confiable al agua. Cabe mencionar que países como Chile, Brasil, Panamá y Uruguay lideran en seguridad hídrica en la región.
En la mesa redonda, el coordinador ejecutivo del Programa de manejo, uso y reúso del agua en la UNAM, Rafael Val Segura, destacó que
existe una correlación entre la seguridad hídrica y PIB de cada país, y subrayó la necesidad de mayores inversiones en la gestión del agua para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) estimados para 2030.
La seguridad hídrica y el PIB de un país están relacionados porque un suministro de agua confiable es esencial para la productividad en la agricultura, la energía y la industria, sectores que impulsan la economía, por lo que la falta de seguridad hídrica puede provocar pérdidas económicas significativas, como interrupciones industriales, cortes de energía y pérdidas de producción agrícola.
(Ver artículo en News IMEF Impacto económico de la sequía: afectaciones en cascada).
DESPOLITIZAR Y ATENDER LAS FINANZAS
La realidad política, económica, institucional y social de nuestro país presenta
retos muy complejos, y más aún con todo el tema del cambio climático, por lo tanto, el estado tendrá que ser capaz de atender los compromisos que adquirió en 2012 en el marco de la ONU, los cuales contemplan:
1. Acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible.
2. Acceso a servicios de saneamiento e higiene adecuados y equitativos.
3. Mejorar la calidad del agua.
4. Uso eficiente del agua.
5. Gestión integral de recursos hídricos.
6. Proteger y establecer los ecosistemas.
Por lo tanto, mejorar las leyes que regulan los recursos hídricos del país, buscar la optimización en la distribución de este líquido y despolitizar lo relacionado con los organismos distribuidores y las tarifas son tres temas que la UP considera necesarios para
transitar hacia una cultura sostenible y responsable del agua que evite el estrés hídrico.
Rodrigo Navarro señaló que con la reglamentación de los seis puntos se debería fortalecer a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para que pueda tener los recursos necesarios que permitan que la totalidad de la población del país tenga acceso a agua de calidad, pero
hay un problema: la politización del agua.
En ese sentido Hugo Briseño, también de la UP, consideró que
despolitización es la palabra clave. “En gran parte del país tenemos muchos problemas asociados con el agua que tienen que ver con intereses cien por ciento políticos. Entonces, si queremos una solución de largo plazo que realmente vea por la sociedad, necesitamos despolitizar el tema del agua”.
(Ver artículo en News IMEF El recurso hídrico y la política: ¿Como el agua y el aceite?).
El camino, dice Briseño, es la
transparencia, sanear las finanzas y fomentar una cultura de responsabilidad ciudadana con respecto al agua. De las finanzas dice que hay que abordar y dar solución al tema de la cartera vencida, que llega a niveles que impiden que se mejore la infraestructura de distribución y potabilización, y se implementen mejores prácticas en pro del cuidado de este líquido.
Briseño señaló que hay una amplia
cartera vencida, porque solo se cobran las dos terceras parte del agua que se factura, lo que genera una cartera vencida de 17 mil millones de pesos, casi el doble de lo que se requiere para reparar las redes de distribución (8 mil millones de pesos), por lo tanto, se necesitan esos recursos para hacer frente a situaciones tan importantes como el suministro.
(Ver artículo en News IMEF ¿Por qué los organismos operadores de agua no son financieramente autosuficientes?).
SERIOS DESAFÍOS
La seguridad hídrica es una preocupación creciente a nivel mundial, con la mayoría de la población viviendo en países que enfrentan serios desafíos en cuanto al acceso y gestión del agua. Estos
problemas son exacerbados por la disminución de la disponibilidad de agua dulce, el aumento de la demanda debido al crecimiento poblacional, la infraestructura insuficiente y una mal gobernanza del agua.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial, en la actualidad, 4000 millones de personas viven en zonas con escasez de agua y una de cada cuatro ciudades sufre inseguridad hídrica.
El aumento de la población significa que se necesita más agua para producir alimentos y energía y para el funcionamiento de las ciudades. Y la contaminación del agua amenaza los recursos existentes: se calcula que el 80% de las aguas residuales de la industria y los municipios se vierten sin tratar, lo que puede contaminar el agua y otros recursos naturales.