EL 17 de septiembre fue una fecha importante en el cronograma del proceso para definir el futuro del TMEC entre los tres socios comerciales. Formalmente dio inicio la etapa de consultas con la convocatoria que lanzó ese día la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR).
Es conveniente mencionar que dicho cronograma consiste de tres fases: consulta, revisión y renegociación:
1. Del 17 de septiembre de 2025 a enero de 2026: proceso de consultas y preparativos, que se detonó por parte de Estados Unidos al publicar en su diario oficial una invitación para que todos los interesados (sindicatos, empresarios, congresistas, gobernadores, etc.), incluidas las contrapartes mexicanas y canadienses, sobre todo del sector privado, envíen comentarios al USTR para una evaluación sobre el funcionamiento del TMEC, con qué están de acuerdo y con qué no, cuales áreas requerirían modificaciones y cuáles no.
En resumen, se trata de tener un diagnóstico sobre el funcionamiento del TMEC con base en estas consultas mutuas. Con ello, el gobierno de Estados Unidos tomará una posición sobre los diferentes temas contenidos en los 34 capítulos del Tratado para estar listo para proceder a la Revisión del Acuerdo.
2. De enero al 1 de julio de 2026: es el periodo para llevar a cabo la etapa formal de revisión del TMEC entre los tres países. La revisión será exhaustiva por capítulos y fracciones. Se anticipa que sea un proceso arduo ya que el lapso de seis meses luce apretado. El resultado de esta etapa dirá, en su caso, si hay fracciones que habría que renegociar o si es suficiente con las adecuaciones.
3. A partir de julio de 2026: en su caso, iniciaría la renegociación formal. Aunque esto lo determinará el resultado del proceso de revisión, lo más probable, en vista de los comentarios de Estados Unidos en los últimos meses, es que sí se llegará a la renegociación de algunos aspectos del Acuerdo. Es decir, es poco probable que el TMEC completo se abra a una renegociación.
CUMPLIMIENTOS EN PARALELO DE POLÍTICA COMERCIAL
En paralelo al inicio de la fase de Consultas, no debe olvidarse que Trump sigue adelante con su “guerra” arancelaria. Recuérdese que el 4 de julio, el presidente estadunidense extendió por tres meses el arreglo de los aranceles con México, en principio, al 4 de octubre. No obstante, la afectación no es tan importante, ya que se exceptuaron de los aranceles las exportaciones que se hacen a través del TMEC que corresponden al 85% de las exportaciones de México a Estados Unidos. Por ello el comercio bilateral ha seguido expandiéndose a cifras récord. Pero prevalecen algunas tarifas por parte de Estados Unidos, principalmente en el sector automotriz, acero, aluminio, cobre y tomate.
Ese 4 de julio, Estados Unidos exigió a México que, como condición para eliminar aranceles, debería eliminar más de 50 barreras no arancelarias. Ese requisito se revivió con la visita reciente del Secretario de Estado Marco Rubio quien habló de 57 barreras que México deberá eliminar. La Secretaría de Economía no ha informado acerca del avance en el desmantelamiento de estos obstáculos no arancelarios. Se debe tomar esto en serio, porque además quitar esas barreras le conviene a México desde el punto de vista de promover una mayor competencia y productividad.
¿Cuáles son las principales barreras comerciales no arancelarias que urge eliminar? Curiosamente no se conoce una lista pública, pero se sabe cuáles son a partir de un reporte que el USTR dio a conocer en marzo. Entre ellas tenemos:
•Prohibiciones a organismos genéticamente modificados: el glifosato y maíz transgénico.
•Barreras a la propiedad intelectual (proteccionismo a películas), piratería y falsificación.
•En el capítulo de energía: que las empresas e inversionistas de Estados Unidos reciban un trato similar al que se le da a PEMEX y CFE, que no sea un trato discriminatorio.
•La queja en el capítulo de telecomunicaciones sobre el costo del espectro radioeléctrico que es uno de los más caros del mundo.
•El plazo para otorgar licencias de importación: COFEPRIS tarda entre 18 y 24 meses.
•Limitaciones e incertidumbre regulatoria a la inversión extranjera directa.
Eliminar estas barreras debe ser atendible, finalmente es en el mejor interés de México, pues conviene para que la economía sea más ágil y competitiva. El hecho de que Estados Unidos ponga esto sobre la mesa (a pesar de su afán proteccionista) es positivo para las pláticas actuales de las consultas pues denota su interés en que el TMEC debe seguir en una actitud de cumplimiento por parte de los tres socios. México debería proponer que se compromete a eliminar las barreras y Estados Unidos cumplir con eliminar los aranceles ya mencionados en el sector automotriz, acero, aluminio, cobre y tomate, así como acelerar la transición verde.
El sector privado mexicano debe organizarse para participar en el proceso de la mejor manera posible. Parte de ello es restablecer de forma permanente el “cuarto de junto” e integrar alianzas con sus contrapartes estadounidenses y canadienses que tengan temas en común.
LA FASE ACTUAL DE CONSULTAS
El que se haya detonado este proceso de consultas representa una oportunidad para que diversos actores y sectores de la economía nacional se incorporen a la discusión para añadir, modificar y mejorar el TMEC. La Secretaría de Economía recibirá los comentarios vía digital e irá trabajando en la evaluación para determinar qué se propondrá para la etapa de Revisión.
Es importante que al final éste sea un documento validado por los diversos sectores. Es por ello que el sector privado debe organizarse para participar en este proceso de la mejor manera posible. Parte de ello es restablecer de forma permanente el “cuarto de junto”. Es crucial que se integren alianzas entre actores mexicanos con sus contrapartes estadounidenses y canadienses que tengan temas en común; por ejemplo, las cámaras empresariales y los sindicatos.
La convocatoria que publicó la oficina del USTR contempla también una audiencia pública el 17 de noviembre en Washington, D.C. Las personas u organizaciones interesadas en rendir testimonio durante esta audiencia ante el USTR, tendrán que notificar previamente su intención de participar y deberán entregar un sumario de su intervención, que tendrá que limitarse a cinco minutos. Después de la audiencia, habrá un plazo de siete días para responder, refutar o complementar los testimonios. Será fundamental que representantes del sector privado acudan lo mejor preparados a esta convocatoria.
VIGENCIA DEL TRATADO
El TMEC actual sustituyó al TLCAN y fue negociado durante la primera presidencia de Trump, entrando en vigor en julio de 2020. Se acordó que el Tratado tendría una vigencia de 16 años, pero se estableció que al cumplir seis años, se realizaría una primera revisión (precisamente la fase de enero al 1 de julio de 2026). Es importante recordar que como parte de la revisión, los gobiernos de los tres países, deberán manifestar si desean que el Tratado se extienda por otro periodo adicional de 16 años. En caso de que algún país decline dicha extensión, se tendrán que efectuar revisiones anuales conjuntas durante los 10 años restantes que le quedarían al TMEC, hasta 2036. Si ninguna parte lo ratifica para entonces, el Tratado se extinguiría en esa fecha.
COLOFÓN
A pesar de que Trump le ha dado un uso político a las herramientas del comercio internacional utilizando los aranceles como “arma”, al final, más allá de la verborrea Trumpista, Estados Unidos está consciente de la importancia del comercio trilateral del TMEC. Es por ello que sigue con las reglas de consultas-revisión-renegociación. Es poco probable que en un acto radical, Estados Unidos abandone (denuncie, es el término técnico) el Tratado.
Además sabe que el TMEC puede ser un bloque efectivo de integración trilateral para derrotar comercialmente el poderío de China. México tiene que enfrentar al comercio chino, pero no en la forma de imponer aranceles elevados a productos chinos, como lo acaba de decretar hace unas semanas. Recuérdese que represalias arancelarias (una guerra tarifaria) conducen a un menor crecimiento económico en los dos países que las protagonizan.
*Economista egresado del ITAM. Cuenta con Maestría y estudios de doctorado en teoría y política monetaria, y finanzas y comercio internacionales. Columnista de El Economista. Ha sido asesor de la Junta de Gobierno del Banxico, Director de Vinculación Institucional, Director de Relaciones Externas y Coordinador de la Oficina del Gobernador, Gerente de Relaciones Externas, Gerente de Análisis Macrofinanciero, Subgerente de Análisis Macroeconómico, Subgerente de Economía Internacional y Analista.
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