El panorama económico en este año que inicia puede estar afectado por diversos choques imprevisibles en el que el proceso de desglobalización, las elecciones en Estados Unidos, México y otros países, el entorno geopolítico, el comienzo de un ciclo de baja en las tasas de interés tanto en Estados Unidos como en México, así como las alteraciones de los patrones del clima pueden dar lugar a situaciones que generen disrupciones en los mercados. De ahí que los resultados de la Encuesta Mensual de Expectativas IMEF de diciembre haya pronosticado que el PIB de 2024 sea 2.3% y el de 2025 de 2.0%.
Como se puede observar, se anticipa un declive gradual en el ritmo de la expansión de la economía, que es resultado tanto de un año 2023 mucho mejor de lo que se preveía (el cierre de 2023 se mantuvo en 3.4%), como de los vientos en contra que se esperan para la economía en los próximos dos años. Ante este panorama podemos decir que estos pronósticos reflejan un regreso de la economía a su potencial de crecimiento, que todavía se percibe cerca del 2%.
Respecto al inicio de un ciclo de baja en las tasas de interés, el presidente del Fed, Jerome Powell, advirtió́ que actuarían conforme fuera necesario, pero los mercados se enfocaron en la posibilidad de que pronto iniciaría un ciclo de baja en las tasas. Si llegara a presentarse una sorpresa de alza importante en la inflación que cambiara esta expectativa, los mercados financieros podrían mostrar ajustes importantes y volatilidad elevada.
En este tema, en México, en la última decisión de política monetaria del año, el banco central mantuvo sin cambio su tasa de interés de referencia, y al igual que para Estados Unidos hay optimismo entre los inversionistas y analistas que anticipan un primer recorte a la tasa de interés de referencia monetaria de Banxico para el primer trimestre del 2024.
Sin embargo, el instituto central revisó ligeramente al alza las trayectorias previstas para la inflación general y subyacente, lo que sugiere que la dinámica de los precios no se está́ comportando del todo como esperaban; y podría retrasar el primer recorte a la tasa de interés. En ese sentido, la Encuesta del IMEF plantea alertas para 2024. En la inflación percibe riesgos importantes que podrían obstaculizar su descenso de la inflación en los próximos dos años.
En el balance público, después de haber sido por varios años una variable relativamente poco importante —ya que se había mantenido muy cerca de lo presupuestado por Hacienda y en niveles modestos de déficit—, la Encuesta del IMEF destaca que se convertirá en una variable que comienza a generar preocupación ante el abultado déficit presupuestado por Hacienda.