El petróleo ha registrado episodios de fuerte volatilidad durante el año influenciados por factores geopolíticos, condiciones económicas, así como por las decisiones de la OPEP+. Las referencias internacionales iniciaron diciembre con una caída de casi 10%, perforando una serie de niveles técnicos que habían fungido como soportes durante la segunda mitad del año.
Tanto el crudo europeo (Brent) como el estadounidense (WTI) colapsaron a mínimos de 5 meses hasta ubicarse por debajo de 75 y 70 dólares por barril, respectivamente. Con este movimiento acumularonpérdidas de alrededor de 25% desde sus niveles más altos en 2023 alcanzados al inicio de la guerra en Medio Oriente.
Dentro de los factores que detonaron las pérdidas destaca un incremento sin precedentes en las exportaciones de crudo estadounidense a 6 millones de barriles por día, así como una producción norteamericana en niveles récord de 13 millones de barriles por día.
Si bien la OPEP+ acordó un recorte de producción adicional de 1 millón de barriles diarios para acompañar la tan esperada extensión de Arabia Saudita de una reducción voluntaria de la misma magnitud hasta el 1T24, el mercado permanece bastante escéptico sobre si la organización logrará cumplir con dicha política.
La OPEP+ mantendrá una restricción global de alrededor de 5 millones de barriles diarios hasta que termine el año que incrementará a casi 6 millones de barriles diarios a inicios del 2024. Los inversionistas no modificaron su percepción incluso después de que el ministro de energía saudí reafirmará ladecisión y señalará que podría extender el recorte voluntario más allá del primer trimestre del próximo año en caso de ser necesario.
A esto se suma una recuperación en los inventarios generales con los de EE. UU. consolidando una tendencia creciente desde octubre hasta alcanzar niveles no vistos desde finales de agosto.
Del otro lado de la ecuación, el panorama tampoco brinda respaldo a los precios ya que las perspectivas para el crecimiento de la demanda se han suavizado de cara a un consumo estacionalmente débil a inicios de año, temores de una desaceleración económica global y la decepcionante recuperación en China.
Bajo esta coyuntura, las curvas de futuros reflejan una amplia disponibilidad de crudo en el corto plazo al operar bajo una estructura de ‘contango’; es decir, los precios spot son menores a los futuros. En particular, el diferencial entre los contratos del Brent de 1 y 2 meses se tornó positivo por primera vez desde finales de junio, pasando a 14 centavos de dólar por barril desde una diferencia negativa de 3.11 dólares por barril cuando inició el conflicto entre Hamás e Israel. Asimismo, el sesgo de volatilidad de las opciones se volvió más negativo en respuesta a la necesidad de los inversionistas de incrementar sus coberturas contra una baja en el precio.
En cuanto a los derivados de petróleo, el promedio de los precios de la gasolina estadounidense colapsó a mínimos de casi dos años en 3.77 dólares por galón, acumulando una caída de 13.5% en los últimos tres meses.
Hacia delante, podríamos ver un modesto rebote en los precios ya que los niveles son atractivos para que EE. UU. rellene su reserva estratégica de petróleo (SPR) que actualmente se ubica en mínimos desde 1983 después de la fuerte liberación para frenar el rally del 1T22 y los indicadores técnicos sugieren que la reciente caída parece exagerada.
Las curvas de futuros reflejan una amplia disponibilidad de crudo en el corto plazo al operar bajo una estructura de ‘contango’; es decir, los precios spot son menores a los futuros.
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