Uno de los indicadores que usan las calificadoras para medir el apalancamiento de un país es la razón financiera de deuda a Producto Interno Bruto (PIB). Existe la percepción errónea que, dado que países como Estados Unidos tienen una razón de deuda/PIB de casi 100% actualmente, todo lo que esté por debajo de esos niveles es aceptable. De hecho, el promedio de deuda a PIB de Estados Unidos desde la década de los 60 hasta 1990, fue inferior a 40%. Fue con la crisis de 2008 que el apalancamiento superó 60% deuda/PIB y la pandemia lo exacerbó.
Estados Unidos y los países que cuentan con monedas de referencia como el dólar, yen y el euro, tienen una capacidad mayor de apalancamiento que los países emergentes. Las metodologías de
las calificadoras castigan el componente de apalancamiento de las economías emergentes cuando el soberano excede 60%, máxime cuando el crecimiento de la economía se encuentra en niveles mínimos.
En el IMEF hemos venido alertando desde hace ya un tiempo que, aun cuando esta razón de deuda se sitúa en el rango de 50 a 55%
en nuestro país, los amplios déficits fiscales tienden a aproximarnos a ese nivel peligroso de 60%, que es cuando los países emergentes pierden el grado de inversión.
De hecho, los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) de 2026 reconocen que el saldo histórico de la deuda bruta del sector público no financiero excederá el nivel de 54.9% aprobado para 2025 y cerrará el año en 57.4% para mantenerlo extrañamente estable en ese nivel hasta 2031.
Ya hay
analistas que estiman que ese no va a ser el caso. Alejandro Werner, ex subsecretario de Hacienda, estima que
la razón pudiera llegar hasta 62% en 2030, mientras que el análisis de Grupo de Economistas Asociados
(GEA) indica que pudiera llegar a 68%. El análisis de GEA va más allá. Nos dice que el gobierno espera reducir el gasto en más de 1% en 2028, lo cual lo encuentra poco probable.
Como el análisis de las calificadoras se basa en comparación de pares en el mercado financiero, veamos qué le sucedió a Brasil y Sudáfrica, países que están en la misma canasta de inversiones soberanas que México.
Brasil perdió el grado de inversión en 2015 cuando su razón de apalancamiento rebasó 60%. Sudáfrica lo perdió en 2017 cuando esta razón excedió 57%.
Ambos países vieron su moneda depreciarse significativamente cuando sucedieron estos hechos. Los costos de fondeo subieron y los plazos de los créditos se redujeron. Es claro que eso no lo deseamos para nuestro país y
no se ve el compromiso del gobierno para mantener nuestra calificación intacta.
El 20 de noviembre en el marco de la LII Convención del IMEF en Cabo San Lucas, tendré la oportunidad de moderar una presentación de la dinámica de la deuda soberana de México y otros países impartida por Joydeep Mukherji, analista soberano de S&P Global y uno de los referentes de riesgo soberano por más de 30 años. Espero nos puedan acompañar.