La señal fue muy clara: los mercados no creerían en un plan de reducción de impuestos sin una contraparte para compensar la pérdida de ingresos. Es decir, sin un ajuste por el lado del gasto se crea un desequilibrio fiscal. Inclusive el FMI urgió al gobierno reconsiderar los recortes de impuestos, lo que agravó la volatilidad.
El plan de estímulo económico de Truss desde un inicio está destinado al fracaso porque este paquete de políticas de oferta (
side economics) se está implementando bajo condiciones de aumentos de tasas de interés y de elevada inflación. Ésta alcanzó en agosto una tasa anual de 9.9% lo que propició que el Banco de Inglaterra aumentara su tasa de política en 50 puntos base el 22 de septiembre para alcanzar 2.25 por ciento.
Ante esta situación, en vez de rectificar, el gobierno se entercó. El ministro de Hacienda Kwasi Kwarteny sorpresivamente anunció la abolición del rango superior del impuesto sobre la renta de 45% e insistió en el éxito del programa. Pero los mercados no se dejan engañar: la libra alcanzó un nuevo mínimo histórico y para evitar una crisis en el mercado de bonos (
guilt market) y el hipotecario, la semana pasada el Banco de Inglaterra comenzó con la compra masiva de bonos.
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Economista egresado del ITAM. Cuenta con Maestría y estudios de doctorado en teoría y política monetaria, y finanzas y comercio internacionales. Columnista de El Economista. Ha sido asesor de la Junta de Gobierno del Banxico, Director de Vinculación Institucional, Director de Relaciones Externas y Coordinador de la Oficina del Gobernador, Gerente de Relaciones Externas, Gerente de Análisis Macrofinanciero, Subgerente de Análisis Macroeconómico, Subgerente de Economía Internacional y Analista.
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Este artículo se publicó originalmente en el periódico
El Economista el 4 de octubre de 2022.