No creo que sea un hecho consumado. Faltan diversos procesos y acontecimientos, pero no puede negarse que por ahora ese es el escenario más probable.
RealClearPolitics, un sitio agregador de encuestas, señala que, al día de hoy, de las últimas diez encuestas reportadas, Trump lleva ventaja en siete, Biden en dos y hay una en la que están empatados.
Pero, quizá lo más importante es que Trump lleva ventaja en seis de siete estados bisagra, que son los determinantes para el resultado electoral.
Todavía habrá que observar el impacto que tenga en las intenciones de voto el proceso legal de Trump por los acontecimientos del 6 de enero de 2021, cuyo juicio arrancará en 19 días, es decir, el 4 de marzo próximo.
Todo puede pasar, pero de acuerdo con la información disponible, Trump lleva las de ganar, sin duda y de manera aplastante en la nominación republicana, pero probablemente también en la elección presidencial de noviembre.
Si ese es el escenario más probable, ¿en qué medida estamos preparados para un eventual regreso de Trump a la Casa Blanca?
No le hablo de las enormes repercusiones geopolíticas que este hecho tendría, como el abandono de Ucrania a su suerte y su casi segura derrota ante Rusia; del virtual desmantelamiento de la OTAN por su falta de financiamiento o de la escalada de un nuevo enfrentamiento comercial con China, solo por citar algunas de las más obvias.
Me refiero a las implicaciones más cercanas, en la relación entre México y Estados Unidos.
Tenga la certeza de que habría una nutrida pirotecnia durante el proceso electoral.
En la medida que la llegada de inmigrantes a través de la frontera mexicana, así como el tráfico de precursores del fentanilo o de la misma droga, se han convertido en protagonistas de la campaña, habría serias y frecuentes referencias y críticas a México a lo largo de la campaña. Como se dice coloquialmente, nos volveremos piñata nuevamente.
¿Qué diferencia habría respecto a la anterior campaña de Trump?
Debido a que el gobierno de Trump negoció y firmó el TMEC (USMCA), es poco probable que la campaña se caracterizara por tener un discurso dirigido a la cancelación de este tratado, como ocurrió en el año 2016, cuando parte del discurso del candidato republicano fue terminar con el TLCAN.
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