Las personas que participan en este artículo toman en cuenta que el punto al que debe llegar México es al del crecimiento económico que contribuya a reducir la pobreza y la desigualdad, partiendo de que el sexenio que termina redujo su crecimiento -0.9 pp respecto al periodo 2013-2018 y que el endeudamiento neto del país aumentó 14.6 % entre 2018 y 2024, con una consideración de riesgo país a la baja y una reducción de la inversión pública de -2.3% entre el 4T18 y el 2T24, entre otros indicadores que no suman (por su aportación a las finanzas públicas del país), por ejemplo, a mejorar nuestro puntaje en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNDU), que entre 2018 y 2022 solo mejoró 0.002 al pasar de 0.779 a 0.781.
El IDH considera vida larga y saludable, educación y nivel de vida digno, indicadores que en México, aunque han registrado avances mínimos, como el de la esperanza vida (con una mejora de 0.8 entre 2018 y 2022) y el nivel de escolaridad promedio (con un avance de 0.3 en el periodo referido) requieren el establecimiento de políticas y programas que contribuyan a que la pobreza en todas las mediciones establecidas por el CONEVAL se reduzca para contribuir a disminuir la desigualdad, y
para eso se requieren empleos productivos para mejorar la competitividad del país en un círculo virtuoso que al 1 de octubre de 2024 está lejos no solo de cerrarse sino de proyectarse.
LOS DESAFÍOS PARA LA ADMNISTRACIÓN QUE INICIA
i>José Domingo Figueroa Palacios, Presidente Nacional del IMEF
En el IMEF consideramos que hay cuatro retos importantes para la administración que inicia Claudia Sheinbaum el 1 de octubre: reducir el déficit fiscal, revertir la situación de Pemex, la revisión del TMEC y aprovechar la relocalización de las empresas.
Respecto al déficit fiscal en los primeros 5 años de la administración de Andrés Manuel López Obrador hubo una disciplina fiscal importante. Sin embargo, para 2024 el déficit, entendido como los requerimientos financieros del sector público, cerrará en 5.9%, lo que representa el déficit más alto en los últimos 30 años; por lo tanto, se tiene que reducir, porque cuando un país incurre en déficit 2 años seguidos puede perder el grado de inversión.
Recordemos la experiencia de Brasil que en 2014 registró 2 años consecutivos de déficit y perdió el grado de inversión (además de la depreciación del 80% de su moneda). Han pasado 10 años y aún no lo recuperan. En ese sentido se tiene que hacer un esfuerzo importante para mandar señales de que se va a trabajar en la reducción del déficit en 2025 y en los próximos años.
Respecto a la situación de Pemex, se tiene que revertir porque es un impacto muy fuerte a las finanzas públicas. La información más reciente indica que al sexto mes de 2024 el capital contable es negativo en 87,377 millones de dólares (mdd); el pasivo laboral, 69,203 mdd; la deuda a proveedores, 19,726 mdd; y la suma de los pasivos financieros de corto y largo plazo, 99,392 mdd. Ante estos resultados, confiamos en que la próxima administración tome las decisiones correctas para no continuar presionando las finanzas públicas.
Sobre el TMEC se deben generar las condiciones para que la revisión programada para 2026 sea favorable para el país por la importancia que tiene para la economía de México, ya que representa exportar en manufactura a EE.UU. más de 400 mil mdd anuales. Un ejemplo de la repercusión del TMEC para México es que en conjunto todas las exportaciones de los países de América Latina representa tan solo el 40% de lo que México exporta a través del TMEC.
La relocalización de las empresas a la vez que un reto es una oportunidad para México. Nuestro país superó a China en importaciones hacia EE. UU. y se ha convertido en el foco para el nearshoring.
En los primeros 100 días de la administración de Claudia Sheinbaum se deben mandar los mensajes para dar confianza a los mercados y a los inversionistas de que se tomarán las decisiones correctas para no perder el grado de inversión y lograr la estabilidad económica y social que conduzca al crecimiento económico con una mejor distribución de la riqueza, elementos clave para disminuir la pobreza y la desigualdad que es uno de los grandes problemas de nuestro país.
EL RETO SOCIAL DE LA ECONOMÍA
Rubli Kaiser. Economista, especialista en teoría y política monetaria, así como en finanzas y comercio internacionales
El fin último de las políticas públicas es lograr la prosperidad social. En particular, las políticas micro y macroeconómicas se enfocan a ese objetivo de bienestar.
Por el lado micro, se trata de promover que los mercados operen con eficiencia para una óptima asignación de recursos, incentivar los cambios tecnológicos y la capacitación laboral para lograr aumentos en la productividad y crear las condiciones propicias para la inversión.
Por el lado macro, se trata de controlar la inflación y conducir unas finanzas públicas con disciplina que tomen en cuenta las restricciones presupuestales. Un marco coherente de todas estas políticas son el mejor medio para reducir las desigualdades y la pobreza, así como promover sistemas eficaces de salud y de pensiones para la sociedad.
Además de lo anterior, hay cuatro temas fundamentales que, si los entiende y procura la presidenta, podrían ser la ruta para un gobierno exitoso:
1. La autonomía del Banco de México es inamovible.
2. Conservar al régimen de libre flotación cambiaria como escudo protector ante choques externos.
3. Mantener al TMEC como marco de estabilidad para la inversión, el comercio y la prosperidad.
4. Cuidar de no perder el grado de inversión con las agencias calificadoras