Las remesas familiares ante un entorno difícil

En este artículo se aborda el ingreso que recibe México por remesas familiares y la resiliencia que ha mostrado al igual que otros países receptores. Con estos datos el autor calcula el impacto de las deportaciones en la masa salarial de los trabajadores mexicanos y, consecuentemente, en las remesas enviadas a México bajo dos escenarios de deportación: 200 mil y 300 mil trabajadores.
Por Jesús A. Cervantes González
En 2024, el ingreso de México por remesas familiares sumó 64,745 millones de dólares y de ese monto 62,529 millones provinieron de Estados Unidos, es decir, el 96.6% del total. Con lo anterior las remesas han aumentado durante 11 años consecutivos. Ese ingreso del exterior tiene un efecto muy positivo en la economía mexicana, al aliviar la restricción de presupuesto de millones de familias receptoras y reducir sus niveles de pobreza.

Tales recursos permiten que dichas familias alcancen un nivel de vida más elevado, contribuyendo al financiamiento de su gasto en bienes de consumo, educación, salud, vivienda y, en algunos casos de inversión, en negocios familiares. Además, cerca de dos tercios de las remesas son recibidas por mujeres, con lo que atenúan la brecha de género de ingresos.

MÉXICO Y LAS REMESAS EN EL MUNDO
México es la segunda economía receptora de remesas en el mundo, luego de la India y seguida por China y Filipinas. También es el principal beneficiario de las enviadas desde Estados Unidos. No obstante, con relación al tamaño de la economía mexicana las remesas son relativamente modestas al resultar equivalentes a cerca de 3.5 puntos porcentuales del PIB.

Ahora bien, las remesas alcanzan porcentajes muy elevados con respecto al PIB de los estados del país con mayores niveles de pobreza y menores ingresos per cápita. Así, superan a 10 puntos del PIB en cuatro estados mexicanos y en Chiapas y Guerrero son cercanas a 16 y 14 puntos del PIB, respectivamente.

LAS REMESAS SON RESILIENTES
El ingreso de México por remesas, al igual que el de otros de los principales países receptores, ha mostrado resiliencia, es decir, ante situaciones desfavorables no ha disminuido. De hecho, en 2020, cuando se anticipaba que las remesas iban a caer afectadas por los efectos económicos de la pandemia de Covid-19, aumentaron en 12%.

Ello respondió como indican los resultados de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2021 (ENIF 2021), a que los hogares receptores tuvieron una mayor afectación económica por la pandemia que el resto de los hogares y consecuentemente requirieron mayores recursos de sus familiares en el exterior. Tales hogares incurrieron relativamente en mayores gastos de salud y funerarios y se debilitaron sus otras fuentes de ingreso, ya que tienen un menor acceso a los servicios de seguridad social y un porcentaje significativo de sus integrantes trabajan en el campo, en pequeñas comunidades y en el sector informal.

EL RETO EN 2025
En 2025, las remesas enfrentan un nuevo desafío ya que en Estados Unidos habrá numerosas deportaciones de inmigrantes mexicanos indocumentados. Adicionalmente, el ingreso de México por remesas se ha desacelerado, de un crecimiento de 25.9% en 2022, a 12.1% en 2023, 3.6% en el primer semestre de 2024 y 1% en el segundo. Las deportaciones representan un enorme costo social para los hogares de los inmigrantes afectados.

Para apreciar el posible impacto de las deportaciones de la población mexicana indocumentada en las remesas enviadas desde Estados Unidos conviene revisar cifras de la fuerza de trabajo inmigrante mexicana ocupada en ese país y de su masa salarial, distinguiendo entre trabajadores mexicanos con y sin ciudadanía. Tales cifras se obtienen de procesar información del Current Population Survey que recaba la Oficina de Censos de Estados Unidos y que es una fuente oficial de estadísticas laborales de ese país.

Durante 2024, en Estados Unidos el número de trabajadores inmigrantes mexicanos ocupados resultó en promedio de 7, 549,836 trabajadores, integrados por 2, 414,906 con ciudadanía y 5, 134,930 sin ciudadanía y estos últimos representaron el 68% del total. Este grupo incluye a los que tienen residencia documentada, pero no cuentan con ciudadanía y a los indocumentados.

Ese año la masa salarial obtenida en Estados Unidos por tales trabajadores ascendió a 373,726 millones de dólares y se integró por 142,798 millones de trabajadores con ciudadanía y 230,928 millones de los que no contaban con ciudadanía, que significó el 61.8% del total. Asimismo, la remuneración media de los trabajadores mexicanos con ciudadanía fue de 59,132 dólares anuales, mientras que la de aquellos sin ciudadanía de 44,972 dólares, un diferencial de 31.5%.

En 2024, el ingreso de México por remesas provenientes de Estados Unidos resultó de 62,529 millones de dólares, monto que dividido entre la masa salarial de los trabajadores mexicanos inmigrantes implica que en su conjunto ellos enviaron el 16.73% de su ingreso laboral como remesas a México, considerando de manera razonable que en ese país la población nativa de origen mexicano no envía remesas o si alguna lo hace es infrecuente y poco significativo en el total de las recibidas.



CALCULANDO EL IMPACTO DE LAS DEPORTACIONES
La información anterior permite efectuar una estimación del impacto de las deportaciones en la masa salarial de los trabajadores mexicanos y consecuentemente en las remesas enviadas a México bajo dos escenarios, uno de una deportación en 2025 de 200 mil trabajadores mexicanos inmigrantes indocumentados y otro de 300 mil trabajadores. Son cifras razonables, pues regresar indocumentados en forma masiva es improbable por la complejidad logística.

Suponiendo que las deportaciones ocurren de manera homogénea a lo largo del año, el primer escenario implicaría un retorno mensual de 16,667 trabajadores mexicanos y el segundo de 25 mil por mes. Lo anterior propiciaría disminuciones de la masa salarial de los trabajadores mexicanos inmigrantes no ciudadanos de 4,497 millones de dólares en el primer escenario y de 6,746 millones en el segundo.

Tal evolución implicaría en el primer escenario una caída en 2025 de las remesas enviadas desde Estados Unidos de 752 millones de dólares y de 1.2% con relación a las recibidas desde Estados Unidos en 2024 y en el segundo escenario de 1,132 millones de dólares y de 1.8%.

Cabe mencionar dos aspectos. Por un lado, que las deportaciones de mexicanos indocumentados serían mayores ya que también incluirían a mexicanos que no participan en el mercado laboral de ese país. Por otra parte, implican una logística muy considerable y difícil de que se materialice ya que es de personas que residen en ese país y no son deportaciones de detenidos en la zona fronteriza en su intento de entrar al país, que es la estadística frecuentemente citada.

El ejercicio anterior supone que tanto los trabajadores mexicanos inmigrantes con ciudadanía y sin ella envían el 16.73% de su ingreso laboral como remesas, pero es probable que el porcentaje de migrantes mexicanos que envía remesas sea menor en los que cuentan con ciudadanía.

En general, tales migrantes tienen más antigüedad de residir en Estados Unidos y hay resultados de encuestas que indican que el porcentaje que envía remesas tiende a disminuir con los años de residencia en el exterior y al prolongarse dicha residencia aumenta el número de personas económicamente dependientes de migrantes en el país de residencia.

OTRO EJERCICIO
Un ejercicio alternativo y que podría considerarse escenario extremo es suponer que las remesas que recibe México de Estados Unidos solo provienen de trabajadores mexicanos inmigrantes sin ciudadanía.

En ese caso las remesas recibidas de ese país representarían el 27.1% de la masa salarial de tales trabajadores y la disminución de las remesas recibidas resultarían de 1,217 millones de dólares en el escenario de una deportación de 200 mil trabajadores y de 1,827 millones en el de 300 mil personas que implicarían descensos de las remesas de 2% y 2.9% con relación a las recibidas de Estados Unidos en 2024.

En ambos ejercicios, puede apreciarse que el impacto de las deportaciones sobre los ingresos por remesas tendería a ser no muy significativo en 2025.

LA DISMINUCIÓN PODRÍA ATENUARSE La disminución de las remesas enviadas a México originada por las deportaciones y presentadas en los escenarios anteriores podría atenuarse al aumentar la escasez de mano de obra mexicana inmigrante en algunas actividades en que tiene una presencia significativa. Lo anterior podría ocasionar alzas de las remuneraciones medias de tales trabajadores que atenuarían el descenso de la masa salarial y consecuentemente de las remesas enviadas.

Al respecto cabe señalar que en 2024 en Estados Unidos uno de cada seis trabajadores agrícolas era un inmigrante mexicano, pero en los estados de California y Washington era uno de cada dos, uno de cada 3.6 en las dos Carolinas (Carolina del Norte y Carolina del Sur), en Arizona uno de cada 4.8 ocupados del sector agrícola y en Florida una de cada cinco mujeres en esa actividad.

Asimismo, en 2024 en ese país en la industria de la construcción uno de cada 7.2 trabajadores era un inmigrante mexicano, pero en California era uno de cada 3.2 trabajadores, en Texas uno de cada 3.2 trabajadores masculinos y en Arizona uno de cada 4.2 trabajadores en esa actividad.

También hay una presencia significativa de trabajadores mexicanos inmigrantes en las manufacturas y en alimentación, recreación y hospedaje. Además, en ese país una de cada 6.8 mujeres que laboran en los servicios en hogares, que incluye a las actividades de cocina, limpieza y jardinería, era una inmigrante mexicana.
*Miembro del Comité de Estudios Económicos del IMEF y estudioso de los temas de remesas y migración.
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan la opinión del IMEF.

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