La tasa de Banco de México es la referencia para las demás tasas de la economía. Así, un recorte implica que las demás tasas de interés también bajarán: tanto las de los créditos como las de instrumentos financieros. Las tasas de los instrumentos financieros tienden a adelantarse a lo que esperan que haga el Banco de México, mientras que las tasas de los créditos se tardan un poco más en ajustarse.
Los créditos a tasa variable bajarán su tasa de interés eventualmente, pero los créditos otorgados con tasa de interés fija permanecerán igual. Con una menor tasa de interés, la gente se anima a gastar más, sobre todo esto se traduce en meses sin intereses u otras promociones, a la par que las empresas empiezan a descongelar proyectos de inversión. Así, la economía se incentiva. Sin embargo, en México la tasa de interés no ha bajado suficientemente para que esto suceda.
La pregunta obligada es ¿qué espera el Banco de México para seguir bajando la tasa?
Aunque algunos digan que la economía va muy bien, los datos no mienten: el PIB se contrajo 0.3% en el tercer trimestre, la inversión fija acumulada cayó en agosto más de 8%, algo que solo ha sucedido en periodos de recesión, mientras que el consumo privado ha crecido apenas 0.1% hasta agosto.
El Banco de México tiene como único mandato mantener el poder adquisitivo de la moneda bajo un esquema de baja inflación. El objetivo de inflación es 3%. Esto implica que mientras que la inflación no esté en ese objetivo o bien encaminada a alcanzarlo, el Banco de México debería seguir combatiendo activamente la alta inflación. Pero como en todo, hay varios factores a tomar en cuenta.
El mismo banco central en su comunicación ha apoyado los recortes en tasa de interés en la debilidad económica, pues un menor crecimiento económico ayuda a que la inflación se desacelere. Sin embargo, el mismo banco ha elevado sus pronósticos de inflación general y subyacente para el último trimestre del 2025 y los primeros dos del 2026. Las revisiones al alza han sido constantes y con esto la expectativa de convergencia hacia el objetivo del 3% sigue ahí, pero se sigue aplazando.
Para lograr el objetivo de inflación, el Banco de México utiliza la tasa de interés. Sin embargo, la tasa no debe analizarse solo en términos nominales, como regularmente se presenta. Cabe recordar que con el recorte reciente la tasa nominal se ubica en 7.25%.
Si a esa tasa nominal se le resta la inflación esperada y se divide entre 1 más la inflación (ecuación de Fisher), queda la tasa de interés real. Con esto, la siguiente pregunta es ¿cuál inflación utilizar: la actual o una expectativa y a qué plazo? Usualmente, se utiliza la expectativa a 12 meses, pues es lo que se toma implícitamente para los cálculos. Esto se debe a que la inflación actual, en realidad no es “tan actual” pues es una inflación que ya pasó. Con la tasa nominal en 7.25% y la inflación esperada a 12 meses en 3.87%, la tasa de interés real es de 3.25%. Ya no suena tan alto. ¿Cierto?
Esa tasa real se compara contra la tasa que el mismo Banco de México estima como neutral, entre 1.8% y 3.6% en términos reales. De esta forma, la tasa de interés real estimada de 3.25% está dentro de ese rango donde no se restringe ni se incentiva a la economía. Si se utilizara la inflación “actual” de 3.57% de octubre (último dato disponible) la tasa real quedaría en 3.55%, también en terreno neutral.
Por otro lado, está buenísimo que bajen los intereses de los créditos. Sin embargo, esto debe de ir de la mano de condiciones para que haya suficiente oferta de crédito. Es decir, que los bancos quieran prestar dinero. Sí, existe miedo respecto a que las condiciones económicas futuras podrían frenar el otorgamiento de crédito. Una de esas condiciones futuras es la inflación, pues afecta al poder adquisitivo de los consumidores. Nadie quiere una economía con una inflación alta y fuera de control.
Por otro lado, el Banco de México también se refirió a la estabilidad del tipo de cambio, pues esto ha sido posible debido al diferencial de tasa de interés entre México y Estados Unidos. El pasado 29 de octubre, la Reserva Federal recortó la tasa en 25 puntos base, lo que dio “espacio” al Banco de México a recortarla en igual magnitud. Esto es relevante por las famosas operaciones de carry trade, en las que los inversionistas piden prestado a una tasa de interés baja y luego lo invierten en una tasa de interés más alta en otra economía, como México.
Regresando a la tasa neutral, otra de las cosas que implica es que no se combate activamente a la inflación. De hecho, esto es punto central para el Banco de México, pues la inflación está aún por encima del 3% y el mismo banco estima que seguirá fuera de ese objetivo, de perdida hasta el segundo trimestre del 2026, de acuerdo a las nuevas proyecciones.
* Directora de Análisis Económico en Grupo Financiero BASE y profesora de Economía del Tec de Monterrey. Estudió la licenciatura en economía en la Universidad Autónoma de Nuevo León y la maestría y doctorado en finanzas en el EGADE del Tec de Monterrey. Colabora regularmente con medios de comunicación especializados. En 2018 y 2020 fue nombrada por Forbes como una de las 100 mujeres más poderosas de México.
Linkedin: Gabriela Siller Pagaza
email: gsiller@bancobase.com
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