“Es posible que las tasas de interés deban permanecer más altas y por más tiempo de lo que se pensaba anteriormente”, dijo el exgobernador del Banco de México.
En un discurso efectuado este lunes en la Universidad de Columbia, el mexicano dijo que mientras más duren elevados los precios, las expectativas para controlarla se desanclan y se afianza una psicología inflacionaria en los consumidores.
“No hay tiempo que perder. Cuanto más dure la inflación, más probable es un cambio a un régimen de alta inflación. Los hogares y las empresas comienzan a prestar mucha más atención a la inflación: no lo necesitaban en los días de estabilidad de precios. Se afianza una psicología inflacionaria. Las expectativas de inflación se desanclan. El genio sale de la botella. Crecen los costos de recuperar la estabilidad de precios. El apoyo público vacila para recorrer la última milla necesaria para que la inflación vuelva a la meta”, resaltó.
En ese sentido, Carstens reiteró que, ante el entorno actual de elevada inflación, se debe dejar de lado la idea de que aplicar estímulos monetarios y fiscales para estimular el crecimiento económico no implican que se avive la inflación o se genere inestabilidad financiera.
En opinión de Carstens, los ajustes de política requieren que se reconozcan las limitaciones de las políticas de estabilización macroeconómica ya que, si son demasiado ambiciosas, también pueden causar un gran daño.
Así, resaltó que las falacias de la “ilusión del crecimiento” nos enseñan que, para generar un crecimiento resistente y sostenible, no hay otra alternativa que trabajar del lado de la oferta de la economía.
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