El ingreso de México por remesas en un entorno desfavorable

Hay tres factores que en 2025 y 2026 potencialmente podrían afectar a las remesas que México recibe de Estados Unidos: deportaciones de inmigrantes indocumentados, un impuesto a las remesas enviadas por ellos y una desaceleración de la economía norteamericana. Estas situaciones son importantes, considerando que en 2024 el 96.6% del ingreso de México por remesas provino de Estados Unidos; sin embargo, uno tiene más peso. En este artículo se analiza cuál es.
Por Jesús A. Cervantes González
Durante 2025 la desaceleración del ingreso de México por remesas se ha acentuado. Recordemos que en 2021 las remesas crecieron 25.9%, 12.1% en 2022, 7.6% en 2023, 2.3% en 2024 y en el periodo enero-abril de 2025 cayeron 2.5%. Ahora bien, al medir las remesas en pesos constantes aumentaron en 12.5% anual en esos primeros cuatro meses del presente año. Esta medición es la importante para los hogares receptores, pero lo relevante para la economía mexicana es su dato en dólares.

DEPORTACIONES DE INMIGRANTES INDOCUMENTADOS
Las deportaciones de mexicanos indocumentados que residen en Estados Unidos representan un enorme costo social para los hogares de los inmigrantes afectados y reducen el ingreso por remesas de los hogares que las reciben. La mayoría de los países de la región latinoamericana ya han recibido emigrantes que residían en Estados Unidos que han sido deportados y las cifras han ido en aumento.

No obstante, ubicar inmigrantes indocumentados y retornarlos a sus países de origen en forma masiva es difícil por su complejidad logística y lo costoso de realizarlo. Las estadísticas que frecuentemente se citan de deportaciones se refieren fundamentalmente a personas detenidas en la zona fronteriza en su intento por entrar a Estados Unidos y no tanto a personas indocumentadas que ya habitaban en ese país.

Las cifras de la American Community Survey –una encuesta anual que recaba la Oficina de Censos de Estados Unidos en cerca de 3 millones de hogares– revela que en 2023 la población mexicana inmigrante fue de 10,918,205 personas, lo que representó el 3.26% de la población de ese país (334,914,896 personas) y de acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional de ese país (U.S. Department of Homeland Security) el 45% del grupo migratorio mexicano es indocumentado.

IMPACTO DE LAS DEPORTACIONES EN LAS REMESAS
En un artículo anterior de NEWS IMEF presenté un ejercicio sobre el impacto de las deportaciones en el ingreso de México por remesas (Las remesas familiares ante un entorno difícil). Estimé el impacto bajo dos escenarios: con una deportación en 2025 de 200 mil trabajadores mexicanos y otro con 300 mil.

El primero propiciaría una caída de la masa salarial de los trabajadores mexicanos inmigrantes no ciudadanos de 4,497 millones de dólares y de 6,746 millones en el segundo que, a su vez, implicarían disminuciones en 2025 de las remesas enviadas en el primer escenario de 752 millones de dólares y de 1.2% con relación a las recibidas desde Estados Unidos en 2024; en el segundo escenario de 1,132 millones de dólares y de 1.8%. En ambos ejercicios las deportaciones de mexicanos indocumentados serían mayores, ya que también incluirían a mexicanos que no participan en el mercado laboral de ese país.

Estos escenarios difícilmente se van a materializar, pero permiten apreciar que las deportaciones implican un enorme costo social para los hogares de los mexicanos deportados y que el impacto en las remesas que recibe el país no es considerable.

Por otra parte, en la medida en que las deportaciones de trabajadores indocumentados mexicanos y de los originarios de otros países propicien una escasez de mano de obra en algunas actividades en las que tienen una presencia significativa, se generarán presiones al alza de las remuneraciones que atenuarán el descenso de la masa salarial y, consecuentemente, de las remesas enviadas.

IMPUESTO EN ESTADOS UNIDOS A LAS REMESAS
Sobre este tema hay dos planteamientos en el Congreso norteamericano que tienen implicaciones distintas. Por un lado, la Cámara de Representantes aprobó un plan tributario que incluye aplicar un impuesto de 3.5% al monto de las remesas enviadas, que sería pagado por el remitente y recolectado por el sender provider, que es la compañía remesadora o cualquier otra entidad que haga el envío.

La propuesta original era de un gravamen de 5% y han surgido planteamientos de elevarlo a 15%. El impuesto sería acreditado por los remitentes con ciudadanía y por los inmigrantes documentados, por lo que solo se aplicaría a los indocumentados. De ser aprobada la propuesta entraría en vigor a partir de 2026.

La mayoría de las remesas que recibe el país son remesas formales y, de hecho, en los primeros cuatro meses de 2025, el 99.24% de las recibidas fueron remesas electrónicas o Money Orders, es decir, fueron formales. El impuesto podría incentivar remesas informales, pero su alcance sería muy limitado por las complicaciones de trasladar efectivo y los problemas asociados de seguridad.

El impuesto también podría incentivar que el envío de la remesa de un indocumentado lo realice otra persona, ya sea un familiar que cuente con ciudadanía o residencia permanente o un familiar que ya es nativo norteamericano. En esos casos, la acreditación del impuesto se haría a dichas personas. Los envíos estarían sujetos a todos los controles que se aplican a las remesas de restricción al número de envíos, de límites a los montos enviados por transferencia y acumulados.

El impuesto a las remesas podría efectuarse mediante la utilización de canales alternativos de envío y recepción como las plataformas virtuales de monedas digitales, incluyendo las cripto monedas. No obstante, el texto de la propuesta de la Cámara de Representantes sobre el impuesto comprende a cualquier entidad o sender provider que haga la transferencia, incluyendo a aquellas remesas que se envíen mediante activos digitales o criptoactivos. Un problema asociado a tales transferencias es que no son transparentes, es muy difícil documentarlas y cuantificarlas, así como darles seguimiento por parte de los bancos centrales.

El siguiente cuadro presenta una medición del posible impacto del impuesto en el ingreso de México por remesas. Para dicha medición se combina información de la Oficina de Censos de Estados Unidos para el empleo (remuneraciones medias y la masa salarial de los trabajadores mexicanos inmigrantes, distinguiendo entre los que cuentan o no con ciudadanía); del Departamento de Seguridad Nacional de ese país (que estima que el 45% de la población mexicana inmigrante es indocumentada y ese mismo porcentaje lo aplicamos a los trabajadores); así como del Banco de México para las remesas provenientes de Estados Unidos.





Se estima que el impacto del impuesto de 3.5% a las remesas enviadas por los trabajadores mexicanos indocumentados pudiera recaudar aproximadamente 896 millones de dólares en 2026, por lo que no se considera que impactará a los montos de las remesas enviadas a México por los trabajadores mexicanos. La recaudación del impuesto sería equivalente a 0.59% de la masa salarial de los trabajadores mexicanos indocumentados e implicaría una erogación adicional de 263 dólares para el migrante indocumentado que envía remesas o de 22 dólares mensuales.

En 2024 los trabajadores mexicanos inmigrantes enviaron el 16.73% de su masa salarial como remesas a sus familiares en México y dicho porcentaje, inclusive del impuesto a las remesas, se incrementaría a 16.97% para el total de trabajadores mexicanos y a 17.31% para los trabajadores indocumentados.

Por otra parte, el texto posterior presentado por el Comité de Finanzas de Reconciliación del Senado norteamericano (Senate Finance Committe Reconciliation) señala que se exentaría del impuesto a las remesas que se transfieran mediante el uso de una tarjeta de crédito o débito emitida en Estados Unidos. De aprobarse esta propuesta se generarían incentivos hacia la bancarización o inclusión financiera de las remesas en su origen.

Hay migrantes mexicanos indocumentados que tienen cuenta de crédito o débito que pudieran utilizarla para el envío de sus remesas con lo que exentarían el impuesto. Además, en principio hay bancos en Estados Unidos en que los inmigrantes mexicanos indocumentados pueden abrir una cuenta con la tarjeta consular más información adicional como un comprobante de domicilio o el ITIN ( Individual Taxpayer Identification Number o número de identificación personal del contribuyente), que permite presentar una declaración de impuestos sin contar con un número de seguridad social.

Por lo anterior, de aprobarse, la recaudación del impuesto a las remesas enviadas por los inmigrantes indocumentados sería menor que la del cuadro anterior y, por lo tanto, no deberá impactar el envío de remesas.

DESACELERACIÓN DE LA ECONOMÍA NORTEAMERICANA
Una desaceleración significativa de la economía norteamericana sí afectaría a los niveles de empleo de los trabajadores inmigrantes de origen mexicano y consecuentemente a su masa salarial y su capacidad financiera para mandar remesas a sus familiares en México. Este tema es relevante ya que en el primer cuatrimestre de 2025 en Estados Unidos el empleo de los trabajadores mexicanos inmigrantes medido con datos desestacionalizados se redujo con relación al cuatrimestre previo y en su comparación anual.

Cabe señalar que no es posible identificar si ese debilitamiento del empleo respondió a una menor demanda por trabajadores o si se originó debido a que algunos indocumentados se ausentaron de sus puestos laborales ante el temor a ser deportados.

EL FACTOR DE MÁS PESO
Los factores mencionados y la incertidumbre que generan podrían contribuir a que en 2025 las remesas presenten un descenso moderado que podría persistir en 2026. En el caso de las deportaciones, su impacto en el envío de remesas será reducido, considerando las dificultades y costos de realizarlas en cantidades importantes. Por ahora, el impacto de las deportaciones ha sido más notorio porque algunos indocumentados no se han presentado de manera continua en sus lugares de trabajo ante el temor a ser deportados.

Por otra parte, el análisis realizado acerca del impuesto sugiere que no impactará a las remesas, ya que los trabajadores indocumentados que lo paguen podrán absorberlo sin afectar tales envíos.

El principal factor que afectará el ingreso de México por remesas es la posible desaceleración de la economía norteamericana, misma que podría acentuarse y persistir a principios de 2026. En este contexto, sobresale que el empleo de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos se contrajo en los primeros meses del presente año.

*Miembro del Comité de Estudios Económicos del IMEF y estudioso de los temas de remesas y migración.
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan la opinión del IMEF.

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