¿POR QUÉ A LOS DIRECTIVOS LES CUESTA TOMAR DECISIONES?
Además de sentir fatiga en la toma de decisiones, muchos líderes empresariales afirman que a menudo se arrepienten o cuestionan sus decisiones.
Al contemplar decisiones importantes, las empresas suelen cometer el error de integrar datos irrelevantes, atacar el problema equivocado o no planificar a largo plazo.
Los cinco pasos para una toma de decisiones eficaz son identificar el objetivo, recopilar información relevante, evaluar los riesgos, ejecutar la decisión y evaluar los resultados.
Para mejorar la toma de decisiones, las empresas deben solicitar la opinión de expertos, aceptar los puntos de vista divergentes, utilizar marcos de referencia para planificar las opciones y aprovechar la tecnología como ayuda para el análisis.
Las empresas que siguen las mejores prácticas en la toma de decisiones suelen tomarlas más rápidamente y con menos reuniones. Es un ciclo continuo de reflexión y ajuste. Lo más importante es que
no se trata de un impulso o una reacción, sino de una práctica deliberada y estratégica.
¿QUÉ HACE QUE UNA DECISIÓN EMPRESARIAL SEA EFECTIVA?
Una decisión efectiva no es solo aquella que se ejecuta sin errores, sino la que está alineada con la visión estratégica de la empresa, considera impactos a corto y largo plazo, y maximiza beneficios sin comprometer los valores de la organización.
Decidir bien implica evaluar riesgos, anticipar consecuencias y, sobre todo, estar dispuesto a cambiar de rumbo si los datos lo justifican. Las mejores decisiones no son infalibles, sino adaptables. Y se nota: las empresas que toman buenas decisiones lo hacen más rápido, con menos fricciones y mejores resultados.
¿CUÁLES SON LAS ETAPAS QUE COMPONEN EL PROCESO DE DECISIÓN?
Personalmente, veo cinco etapas claras. Primero, definir con precisión el objetivo. No basta con querer “mejorar resultados”; hay que especificar qué, cuánto y cuándo. Segundo, reunir información relevante, diferenciando lo útil de lo irrelevante. Tercero, analizar riesgos y escenarios, incluyendo los más incómodos. Cuarto, ejecutar con compromiso y claridad en la comunicación. Y, por último, evaluar sistemáticamente el impacto de la decisión. Muchas veces, este último paso se descuida, y ahí se pierden grandes oportunidades de aprendizaje.
¿CUÁL CREES QUE ES EL ELEMENTO CENTRAL PARA PODER TOMAR UNA BUENA DECISIÓN?
Sin duda, identificar bien el problema. Parece obvio, pero muchas organizaciones gastan recursos solucionando síntomas, no causas. La técnica de los “cinco porqués” es muy útil: se trata de cuestionar una situación hasta encontrar la raíz del asunto. Por ejemplo, si hay errores de producción, la causa puede no estar en el operario, sino en una política presupuestaria que debilitó el mantenimiento de las máquinas. Si no comprendemos bien el problema, cualquier solución será, en el mejor de los casos, temporal.
¿CÓMO APOYA LA TECNOLOGÍA EL PROCESO DE TOMA DE DECISIONES?
La tecnología ha cambiado radicalmente la forma en que decidimos. Ya no se trata solo de intuición o experiencia: hoy tenemos acceso a herramientas que procesan grandes volúmenes de datos, identifican patrones invisibles al ojo humano y simulan escenarios futuros. Por ejemplo, el ERP de NetSuite ayuda a las empresas a tomar decisiones más inteligentes y estratégicas proporcionando una visión en tiempo real de su rendimiento operativo y financiero.
Con un conjunto integrado de aplicaciones que gestionan la contabilidad, el procesamiento de pedidos, los niveles de inventario, la producción, las operaciones de almacén y mucho más, la solución en la nube impulsada por IA de NetSuite realiza un seguimiento del rendimiento, identifica las ineficiencias operativas y analiza las tendencias financieras para proporcionar una visión holística del negocio y ayudar a los líderes a tomar mejores decisiones.
Además, NetSuite ERP automatiza los procesos rutinarios, como la facturación y el cumplimiento de pedidos, lo que permite a los líderes a centrarse en decisiones estratégicas de más alto nivel que impulsan un mayor rendimiento empresarial.
Pero hay una advertencia: la tecnología debe ser una aliada, no sustituye el juicio estratégico, sino que lo potencia. Una mala decisión basada en datos es igual de peligrosa que una intuición errada. La clave está en interpretar la información con criterio.
¿CÓMO VES EL FUTURO DE LA TOMA DE DECISIONES EN LAS ORGANIZACIONES?
Veo un futuro más colaborativo, más ético y automatizado. Las decisiones ya no serán exclusivas del comité directivo: se están descentralizando gracias a mejores herramientas, mayor acceso a datos y culturas empresariales más horizontales. También percibo una mayor conciencia sobre el impacto social y ambiental de las decisiones. Finalmente, la automatización será clave, pero deberá estar equilibrada con inteligencia emocional. Las empresas que consigan combinar datos, diversidad de pensamiento y principios sólidos serán las que lideren con éxito.
A medida que las organizaciones se enfrentan a un entorno cada vez más incierto, la capacidad de tomar decisiones acertadas se convierte en una ventaja estratégica incuestionable. Como señala Moussalli, decidir no es simplemente actuar, sino comprender profundamente el contexto, cuestionar las suposiciones y comprometerse con una visión a largo plazo.
La calidad de las decisiones empresariales marcará la diferencia entre adaptarse con éxito o quedar rezagado. Por eso, más que buscar certezas, los líderes del futuro deberán dominar el arte de decidir con inteligencia, apertura y responsabilidad.
Conoce más cómo los líderes de Latinoamérica están aprovechando NetSuite para tomar decisiones frente a los desafíos del 2025
aquí.