¿Para qué sirven las Perspectivas Económicas?

Decía Peter Drucker, uno de los gurús de la administración, que tratar de predecir el futuro es tan difícil como manejar de noche en un camino de terracería, sin luces y viendo por la ventanilla trasera. Un viejo proverbio chino refiere que cuando los hombres hacen planes para el futuro, los dioses se ríen. Hay un viejo y muy gastado chascarrillo que refiere que los economistas pasamos la mitad de nuestro tiempo haciendo pronósticos, y la otra mitad explicando por qué no se cumplieron.
Por Mario Correa
Tratar de predecir el futuro, ya sea de los eventos políticos o la evolución de las principales variables de la economía es algo complejo y usualmente inexacto, ya que siempre habrá sorpresas inesperadas, o choques imprevistos como decimos los economistas; pero está lejos de ser un esfuerzo estéril. De hecho, para una gran cantidad de personas es necesario aventurarse a tratar de anticipar cómo vienen las cosas para estar mejor preparados y que no nos sacudan las sorpresas negativas.

Los empresarios y/o personas que toman decisiones importantes para sus empresas, los ahorradores e inversionistas, los que manejan fondos de inversión, entre otros, tienen que tratar de anticiparse a los acontecimientos para estar mejor preparados, para evitar malas decisiones financieras y para formular y ajustar su estrategia en función de lo que ocurre en el entorno, lo que muchas veces puede ser la diferencia entre la vida y la muerte de las empresas, entre el éxito y el fracaso en las inversiones.

En México se producen pronósticos para las principales variables de la economía por parte de varios economistas, que en la mayoría de los casos trabajan para alguna institución financiera, que son las que tienen el tamaño y la necesidad suficientes para tener áreas encargadas de producir estos pronósticos. Algunas instituciones académicas también producen estos pronósticos, así como algunos economistas independientes, que diría somos los menos.

Los eventos en los que se abordan las perspectivas económicas frecuentemente se concentran en las variables más relevantes para la economía, como son el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), la inflación, el tipo de cambio y las tasas de interés, ya que son las variables que afectan de una forma u otra, a las empresas y hogares del país. Aunque muchos empresarios e inversionistas interpretan las expectativas económicas de una forma bastante intuitiva, al no ser especialistas, a muchos les caería bien un mejor entendimiento para usar esta información de forma más productiva, y por eso vale la pena dar un repaso breve a las relaciones que hay entre las principales variables de la economía y el funcionamiento de las empresas.

PIB
El ritmo de la actividad económica, representado por el crecimiento del PIB, es tal vez la variable más importante, ya que refleja el entorno de negocios del país. Cuando el PIB está creciendo a buen ritmo es un reflejo de un ambiente favorable en el que las empresas están vendiendo y cobrando con relativa facilidad y, por lo mismo, están contratando personal y realizando inversiones para ampliar su capacidad productiva y vender más en el futuro. Las personas encuentran trabajo con facilidad y se aventuran a realizar compras importantes, a veces recurriendo al crédito.

Por el contrario, cuando el crecimiento es muy bajo o incluso negativo, las empresas están vendiendo y cobrando con grandes dificultades, están despidiendo personal y posponiendo o cancelando sus planes de inversión. Cuando hay una recesión en la economía, muchas empresas que están en mala forma financiera o en sectores que pueden resultar especialmente golpeados, simplemente desaparecen. Las personas se quedan sin empleo y/o les cuesta mucho trabajo conseguir empleos, por lo que recortan sus gastos, lo que es percibido por las empresas como una menor demanda por sus bienes y servicios.

Usualmente, las ventas de la empresa están relacionados estrechamente al ritmo de la actividad económica en general, aunque desde luego hay diferencias dependiendo del sector y región en los que se ubica la actividad de la empresa. Para realizar el presupuesto y la estrategia de negocios, la empresa tiene que considerar el crecimiento esperado para el PIB. Si el crecimiento previsto es elevado, la empresa puede presupuestar tasas de crecimiento de sus ventas más elevadas; mientras que, por el contrario, cuando se espera una desaceleración de la actividad económica, entonces debería ser más conservadora con su presupuesto de ventas y tal vez hacer algunas provisiones por si la cobranza se complica. En un entorno de menor actividad económica es aconsejable mantener un capital de trabajo usualmente más elevado.

INFLACIÓN
La inflación es otra de las variables más relevantes para la empresa, ya que no sólo está relacionada con los precios de sus productos, sino con precios de sus insumos que repercuten en sus costos. Cuando la inflación es baja y estable, no representa un factor tan relevante en las decisiones de la empresa. Decía Alan Greenspan que “para todos los efectos prácticos, la estabilidad de precios quiere decir que los cambios esperados en el nivel promedio de los precios son suficientemente bajos y graduales para no entrar de forma material en las decisiones financieras de las empresas y los hogares”. Por el contrario, cuando la inflación no es baja, entonces se convierte en un factor en las decisiones financieras, ya que las malas decisiones tienen mayores repercusiones. Muchas de las decisiones de la empresa, como determinar el nivel adecuado de los inventarios o la mezcla apropiada de financiamiento, dependen del nivel previsto en la inflación.

TASAS DE INTERÉS
La inflación está, además, relacionada con otra de las variables más relevantes para las empresas: las tasas de interés. Cuando la inflación es baja es previsible también tener bajas tasas de interés. Recordando que la tasa de interés es el precio del dinero y el crédito, tener tasas bajas es sinónimo, en lo general, de crédito abundante. Por el contrario, niveles elevados de inflación, usualmente corresponden a tasas de interés elevadas, no sólo porque los ahorradores piden un mayor premio para compensar la inflación, sino porque la política monetaria de los bancos centrales reacciona a la inflación.

Para controlar la inflación e impedir que eche raíces en niveles elevados, los bancos centrales responsables endurecen su política monetaria, subiendo sus tasas de interés. Mientras más altos y persistentes sean las tasas de inflación, mayor dureza tienen que aplicar los bancos centrales en su política monetaria, lo que se traduce en tasas de interés más elevadas.

Para las empresas, tasas de interés más elevadas a lo previsto usualmente implicarán mayores dificultades para obtener financiamiento, que además será más caro y puede repercutir en sus costos, especialmente para las empresas que tienen altos niveles de deuda. El capital de trabajo también se encarece en este entorno.

TIPO DE CAMBIO
Para las empresas que tienen operaciones en moneda extranjera, ya sea como parte de su negocio fundamental o en su dimensión financiera; estar atentas a las previsiones sobre el tipo de cambio es muy relevante para elegir la forma más adecuada para cubrir sus riesgos. Como el tipo de cambio suele ser una variable muy susceptible a presentar sorpresas, las empresas pueden tener ganancias o pérdidas importantes e inesperadas si no toman las provisiones adecuadas. Por ejemplo, una empresa que tenga que hacer un pago en moneda extranjera para cubrir algún compromiso puede llevarse sorpresas si se espera al último momento para salir a conseguir las divisas que necesita.

EL ESCENARIO BASE
Para hacer un presupuesto y definir la estrategia básica del negocio, las empresas deben tener un escenario base de pronósticos macroeconómicos, ya sea que tengan algún área de estudios económicos encargada de hacer este escenario, que contraten a alguna empresa o economista independiente especializado, o que tomen los pronósticos que se obtienen de las diferentes encuestas que hay en el mercado. Posteriormente, las empresas requieren dar seguimiento al entorno económico para ver si el escenario base que delinearon en su presupuesto sigue siendo vigente o si el entorno económico está cambiando de forma significativa, en cuyo caso deberían comenzar a ajustar su estrategia de negocios.

Si el entorno económico está resultando mejor a lo previsto, entonces podrían relajar algunos controles para aprovechar oportunidades que anteriormente parecían fuera de alcance. Por el contrario, si el entorno económico se está deteriorando, convendría que las empresas se prepararan para afrontar mejor las dificultades que podrían surgir, por ejemplo fortalecer su balance, privilegiar la liquidez, acolchonar el capital de trabajo y tener mayores controles sobre los gastos.

Para ponerlo de forma muy sucinta: tener perspectivas económicas confiables les sirve a las empresas para proteger su negocio y, al final del día, su dinero. Por eso es importante y recomendable que los que toman las decisiones importantes en las empresas, especialmente en temas operativos y financieros, estén muy al tanto del acontecer económico y de los cambios en las perspectivas económicas.
Los eventos en los que se abordan las perspectivas económicas frecuentemente se concentran en las variables más relevantes para la economía, como son el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), la inflación, el tipo de cambio y las tasas de interés, ya que son las variables que afectan de una forma u otra, a las empresas y hogares del país.
Economista Independiente. Presidente del Comité de Estudios Económicos del IMEF y Miembro del Comité del Indicador IMEF. Fundador del canal de Youtube: Economía en Breve
Mail: marioacorream@gmail.com Twitter: @mariocorream LinkedIn: Mario Augusto Correa Martínez

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