En junio mencionamos que los vientos en contra que enfrenta nuestra economía incluyen la incertidumbre de cómo van a operar los juzgados
texto una vez que entren en funciones con los jueces recientemente electos; el posible rumbo que tome
la renegociación del TMEC y los
eventos geopolíticos que encarecen los insumos.
Ahora, a estos se une la sanción que impuso la FinCEN (Red de Control de Delitos Financieros por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos
a dos bancos y una casa de bolsa mexicanas.
Si bien las instituciones financieras afectadas son pequeñas en su conjunto con respecto al total del sistema financiero mexicano, no deja de ser
un evento sumamente disruptivo para el sector. El futuro de estas instituciones es incierto, y es un hecho que la gran mayoría de las instituciones bancarias desacelerarán sus operaciones para incorporar filtros, sistemas y programas de capacitación para reducir la posibilidad de que otras instituciones financieras sean sancionadas. Estas medidas también deberán ser implementadas por empresas industriales, comerciales y de servicios en nuestro país.
Tal como lo ha reportado el IMEF en meses anteriores, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (Department of Homeland Security) estima que
cada año hasta 30 mil millones de dólares producto del narcotráfico son enviados por los cárteles a México.
Es lógico pensar que
un porcentaje de esa cantidad utiliza empresas establecidas para el envío de los recursos, y no solamente a través del sector financiero. Recientemente la prensa norteamericana reportó que las autoridades estadounidenses habían desarticulado una red de transporte de dinero en efectivo utilizando camiones blindados para cruzar la frontera.
Respecto a
los aranceles, el presidente Trump envió una carta al gobierno mexicano anunciando que estos serían del 30% a todas las exportaciones mexicanas a los Estados Unidos a partir de agosto. Estos aranceles serían adicionales a los sectoriales ya anunciados e implementados.
Al ser un texto muy parecido al enviado a otras naciones, existe la posibilidad que sea
una herramienta de negociación para obtener mayores concesiones en la revisión del TMEC. Veremos si se implementan estos aranceles como dice el documento o si se prorrogan o eliminan como en otras ocasiones. Si llegaran a implementarse, subiría la tasa arancelaria efectiva de manera substancial, y aun cuando fuera una medida temporal, contribuiría a una mayor volatilidad en los próximos meses.
Finalmente, a pesar de los esfuerzos de recaudación del SAT y recortes de gasto por la Secretaría de Hacienda, para llegar a un déficit ampliado de alrededor de 4% del PIB para este año,
Pemex permanece como un gran obstáculo para lograrlo. La empresa ha generado una utilidad antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización (EBITDA) de aproximadamente 20 mil millones de dólares en promedio por los últimos seis años, apenas lo suficiente para hacer frente al pago de intereses de su deuda.
Sin embargo,
a pesar de haber pagado casi 5 mil millones de dólares a proveedores, todavía les adeuda 20 mil millones de dólares, además de tener vencimientos de deuda de 23 mil millones de dólares en 2025 y 2026.
Es claro que
Pemex no tiene recursos para hacer frente a estas obligaciones inmediatas que suman 46 mil millones de dólares, por lo que el gobierno federal tendrá que seguir apoyando a la empresa para cumplir con sus obligaciones a costa del deterioro del perfil crediticio del soberano. Esta cantidad
representa casi 3% del PIB que, si se suma a la deuda actual del gobierno federal, se aproximaría un nivel no compatible con la calificación crediticia actual del soberano, pudiendo provocar una degradación en los próximos meses.
En las siguientes tablas podrá observar el marco macroeconómico para 2025 y 2026, así como el comparativo trimestral 2025. El boletín completo lo puede consultar aquí.
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan la opinión del IMEF.