Buenas prácticas en el manejo financiero de una IAP

Mucho se habla del trabajo de las Instituciones de Asistencia Privada (IAP) cuyos resultados avalan las estrategias y las acciones, no obstante los obstáculos que enfrentan para cumplir con su misión y visión en una época en la que la responsabilidad social dejó de ser un discurso para ser un compromiso con la sociedad.
Por Leonardo Arana de la Garza
Definamos primero que son las Instituciones de Asistencia Privada (IAP). Son organizaciones constituidas por personas con fines de interés público, que con bienes de propiedad particular ejecutan sin propósito de lucro actos de asistencia social sin designar individualmente a los beneficiarios. Las IAP están sujetas a la Ley de Instituciones de Asistencia Privada y, por lo tanto, a la vigilancia de la Junta de Asistencia Privada, órgano desconcentrado del Gobierno de la Ciudad de México (CDMX).

Son las únicas organizaciones con fines sociales supervisadas integralmente por una autoridad, lo que se traduce en mayor certidumbre sobre el cumplimiento de su objeto asistencial, de la normatividad que les aplica, del correcto uso de sus recursos y de la calidad en el servicio que prestan.

UN CASO PARTICULAR
La Casa de la Amistad para Niños con Cáncer, fundada en 1990, es una Institución de Asistencia Privada que cuenta con un patrimonio propio que es administrado para el bien social que han designado los fundadores por el Patronato, un órgano que representa de manera legal a la institución.

Como ya se mencionó, está regulada por la Junta de Asistencia Privada de la CDMX y goza de beneficios fiscales específicos como exenciones y subsidios, entre otros, y además puede recibir donativos y emitir recibos deducibles del impuesto sobre la renta a sus donantes.

Algunos de los objetivos de la Casa de la Amistad son promover una cultura de ayuda al prójimo; incentivar la participación de la sociedad civil en materia asistencial; brindar opciones de apoyo en materia social que los gobiernos no puedan cubrir; unir esfuerzos en favor de los más necesitados; y mejorar las condiciones de vida de personas en situación de marginación y vulnerabilidad en la entidad.

Desde 1990, la misión de Casa de la Amistad es contribuir a elevar el índice de sobrevida de niños y jóvenes de escasos recursos que padecen cáncer en México, así como ser la institución de Asistencia Privada de referencia que incida en el incremento de los índices de sobrevida de niños y jóvenes de escasos recursos que padezcan cáncer.

El manejo financiero de los donativos y nuestros Estados Financieros son auditados y dictaminados cada año por una de las consultoras más reconocidas a nivel global, la cual acredita la impecable labor de la Casa bajo rigurosos estándares éticos.
Una de nuestras principales responsabilidades es llevar a cabo una impecable administración de los recursos y de los fondos provenientes de la Procuración de Fondos de donantes que hacen que se consolide el prestigio y seriedad de Casa de la Amistad para que pueda seguir asistiendo a más de mil 500 niños anualmente en su lucha contra el cáncer.
TRANSPARENCIA, ANTE TODO
Por lo tanto, una de nuestras principales responsabilidades es llevar a cabo una impecable administración de los recursos y de los fondos provenientes de la Procuración de Fondos de donantes, tanto institucionales como corporativos y personales que hacen que se consolide el prestigio y seriedad de Casa de la Amistad para que pueda seguir asistiendo a más de mil 500 niños anualmente en su lucha contra el cáncer.

Una de nuestras prácticas financieras en Casa de la Amistad es asegurarnos que de cada peso que nos donan, 94 centavos lleguen directamente al tratamiento de los pacientes con cáncer.

El manejo financiero de los donativos y nuestros Estados Financieros son auditados y dictaminados cada año por una de las consultoras más reconocidas a nivel global, la cual acredita la impecable labor de la Casa bajo rigurosos estándares éticos. Es gracias a la transparencia y rendición de cuentas que los donantes tienen la seguridad de que en Casa de la Amistad cada donativo se utiliza para el apoyo a tratamientos complementarios.

Durante los casi 34 años desde su fundación, Casa de la Amistad ha logrado apoyar a más de 12 mil niñas, niños y jóvenes con cáncer de escasos recursos para elevar el nivel de sobrevida al cáncer infantil en México, que representa un problema para el país al ser la primera causa de muerte por enfermedad en niñas y niños de entre 5 y 14 años, y tener un porcentaje de sobrevida en México de solo el 50%, mientras que en países como Estados Unidos es del 90%.

COMPROMISO Y RESPONSABILIDAD
A través de un Patronato comprometido, voluntarias apasionadas y un grupo de colaboradores profesionales, se ha podido atender al 30% de los 5 mil casos detectados cada año en México que reciben hospitales públicos del Sector Salud. Es importante mencionar que el 85% de los casos no tendría otra opción si no existiera Casa de la Amistad.

El Voluntariado de Casa de la Amistad es el corazón latente de nuestra institución, contamos con más de 100 mujeres valientes y comprometidas que donan generosamente su tiempo y esfuerzo en una amplia gama de actividades al servicio de nuestros usuarios.

Igualmente, gracias a la transparencia y ética con la que manejamos nuestros recursos hemos llegado a crear importantes alianzas con instituciones médico-hospitalarias reconocidas a nivel internacional como el St. Jude Children’s Research Hospital en Memphis,TN; el Centro World Child Cancer; el Centro Médico ABC (The American British Cowdray Medical Center); y el Hospital Infantil Teletón de Oncología (HITO)ubicado en Querétaro.

Los invito a conocer más acerca de la labor que Casa de la Amistad lleva a cabo en favor de los niños y jóvenes mexicanos con cáncer en https://www.casadelaamistad.org.mx/. La casa de la Amistad es una IAP que con enfoque, transparencia y siguiendo los lineamientos establecidos contribuye a atender una situación específica en favor de los más necesitados.
*Director General Casa de la Amistad para Niños con Cáncer, IAP.
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan la opinión del IMEF.

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